La carencia de médicos en Atención Primaria

FUENTE: EL COMERCIO 07/12/ 2022. El escenario lo han expuesto los ministros de Sanidad y Seguridad Social, Carolina Darias y José Luis Escrivá: en España hay 12.000 facultativos de Atención Primaria entre 60 y 65 años, y 1.500 con más de 65. Ante su jubilación (un déficit que según indican está previsto que se prolongue al menos durante cinco años, «hasta que las medidas de refuerzo de la formación de médicos de Atención Primaria rindan resultados»), han propuesto un plan piloto. Se denomina Proyecto de Jubilación Activa y se plantea con tres años de duración. Consiste en retener a dichos facultativo ofreciéndoles que puedan prolongar su vida laboral, añadiendo a su salario el 75% de su pensión. De este modo, en Asturias, un médico de un centro de salud en dicha situación podría cobrar en Asturias entre los 4.500 y 5.000 euros al mes.

Sin oponerse a la medida, «porque todas manos son bienvenidas si alguien a los 65 está en plenas facultades», el planteamiento no convence. Rubén Villa, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFyC) en Asturias, lanza la pregunta: «¿Una persona de 67 años tiene la misma capacidad física e intelectual de respuesta que uno de 30? ¿Va a poder continuar haciendo el mismo trabajo o va a tener que ser la gente joven la que siga asumiendo lo ‘feo’: salir a la ambulancia, hacer guardias…? Entiendo que el incentivo es muy goloso, pero no es la solución. Ya de por sí están liberados de casi todo. Los que se incorporaron a causa de la covid están realizando tareas burocráticas».

«Queda muy bien lo de la experiencia, pero hay que ver cómo se lleva a cabo. Porque si de lo que se trata -añade- es una consulta ad hoc, muy guapa, recibiendo a 25 pacientes, sin salir a domicilio y ganando más me parece tremendamente injusto». «Lo que hay que hacer -subraya- es estabilizar a la gente joven, mejorar sus contratos para que se quede». Por tanto, estima que la medida supone un «parche absoluto. Es goloso, pero venenoso y dañino también».

Misma expresión de «parche» emplea el secretario general del Sindicato Médico (SIMPA), José Antonio Vidal. «Es un intento más de hacer ver que se están haciendo cosas y se publicita como una solución mágica a la carencia de facultativos» como, dice, la contratación de facultativos extracomunitarios. Comparte con Villa que «supone un agravio comparativo» que «se siga sobrecargando a los jóvenes con las tareas más duras (las guardias, la atención continuada)» y haya un incentivo económico «prolongando la vida laboral en la parte frágil, que en cualquier momento puede claudicar». Desde su punto de vista, «no tiene sentido que a los de 55 no se les pueda bajar un peldaño en intensidad y puedan dedicarse a otras cosas y a los de 60 se les pague más cuando no va a dar más que uno de 55». Y considera que la solución es «numéricamente muy pobre si se tiene en cuenta que de los mil que en pandemia se jubilaron decidieron acogerse a este tipo de medidas 155 en todo el país.

«La gente está muy cansada»

Antonio Fernández, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) en Asturias, comparte el sentir de su homólogo nacional: «La gente está muy cansada». «No todo es dinero», añade. «Tradicionalmente, ha habido un interés por prolongar la vida laboral en los médicos de Atención Primaria, pero ahora todo el mundo está contando los días para jubilarse». La solución, considera, es «abordar una reforma integral de la Atención Primaria», con medidas que «incluyen la contratación de personal administrativo para que el médico se dedique a ver al paciente y no a rellenar papeles».

Para Carlos Ponte -presidente de la Plataforma por la Sanidad Pública de Asturias, internista jubilado y que fue jefe de Cuidados Intensivos del HUCA-, «la falta de médicos es un mito. Nunca antes se formaron tantos en las facultades, la formación a través del sistema MIR ha ido en aumento… Lo que ocurre es que se van a los servicios de Urgencias de los hospitales, a la privada o al extranjero. La oferta del sistema sanitario no es suficientemente atractiva, con una situación laboral inestable y una remuneración floja. El incentivo a los facultativos jubilados puede ser una medida, pero no me parece que sea la fórmula. No tiene sentido poner el foco en quienes se jubilan en vez de la gente joven que se marcha. Es el mundo al revés».

Barómetro sanitario, retrocede la valoración de la ciudadanía. FADSP

La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) ante la publicación de la tercera ola del Barómetro Sanitario de Noviembre de 2022, tiene que señalar:

1. La puntuación que la ciudadanía da al sistema sanitario ha retrocedido (6,02 puntos sobre 10) la más baja en los últimos 10 años, y a la vez aumenta el porcentaje que señala la necesidad de cambios fundamentales y/o profundos (el 48,7%), expresando el descontento de la población con un sistema sanitario que no ha sido convenientemente reforzado  y que no ha recuperado su actividad normal después de la pandemia.

2. La media de demora del 78% que no consigue cita en 48 horas esta en 8,54 días y el 23,3% recibió cita con una demora de más de 10 días, mientras un 15,4% ni siquiera consiguió cita.  La consulta telefónica sigue predominando (en el 67,5% de los casos)  pese a que el 35% cree que todas las consultas deberían ser presenciales. A la vez se incrementa el porcentaje que acudió a la urgencia hospitalaria. La Atención Primaria continúa por lo tanto con gravísimos problemas de accesibilidad para la mayoría de la población.

3. Pero las listas de espera no solo empeoran en la AP sino que también lo hacen en Atención Especializada (consulta del especialista, demora en el ingreso hospitalario, lista de espera quirúrgica, etc), por eso el 44% de la población piensa que la lista de espera empeoro en el último año.

4. La nota que le dan los usuarios a las diferentes servicios de la Sanidad Pública retrocede en todos los casos (hospitalización, urgencias hospitalarias, consulta especialista y consulta de medicina de familia) obteniendo la mejor nota las urgencias y la hospitalización.

5. Llama la atención que este Barómetro haya sido hecho público por el CIS y no por el Ministerio de Sanidad como venia siendo habitual, y que no se ofrezcan datos desagregados por CCAA que son muy importantes cuando se sabe que hay una gran variabilidad interautónomica.

En resumen malos resultados para la Sanidad Pública que a nuestro entender responden a la deficiente respuesta que están teniendo el gobierno y las CCAA a la necesidad de reforzar un sistema sanitario que salió muy tocado por la pandemia, y que se refleja entre otros datos en los presupuestos sanitarios (ver https://fadsp.es/presupuestos-sanitarios-de-las-ccaa-para-2023/  y https://fadsp.es/fadsp-ante-presupuestos/). No es posible mejorar la situación de la Sanidad Pública si no se hace un esfuerzo de inversión para potenciarla.

Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública

7 de Diciembre de 2023

 

Crece el descontento con el sistema sanitario. Barómetro Noviembre 2022

El nivel de satisfacción de los españoles con el sistema sanitario público ha caído de manera notable a lo largo de este año 2022. Aunque su funcionamiento aún recibe una visión general positiva (50,5%), el 48,7% de los ciudadanos cree hoy que necesita «cambios fundamentales» (31,9%) o que directamente «funciona mal y necesita cambios profundos» (16,8%), un porcentaje de descontentos sensiblemente mayor que el que había a principios de año, cuando esta visión crítica la compartía el 36,3%, 12 puntos menos que ahora.

Son los resultados de la tercera oleada del Barómetro Sanitario 2022 (ver en pdf), que el Ministerio de Sanidad elabora en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), y que no manifiestan mejorías relevantes en lo que va de año, superado lo peor de la pandemia de COVID-19 (solo un 8,3% de quienes fueron a la consulta de su médico de familia en el último año lo hicieron por un problema relacionado con el coronavirus).

Más de ocho días para ser atendidos por el médico de cabecera

Los españoles esperan una media de 8,54 días para ser atendidos por un médico de cabecera o de familia en Atención Primaria. Esto -que supone una pequeña mejora respecto a marzo y junio, cuando se registraban 9,01 días y 8,88- es un dato que duplica el de hace cinco años, lo que evidencia el empeoramiento de estos servicios médicos en el último lustro.

A día de hoy, uno de cada tres ciudadanos (35,3%) que no puede ser atendido en el mismo día en que pide la cita recibe la cita para más de siete días después. En concreto, el 23,3% de los españoles que en los últimos doce meses pidió una cita con su médico de familia en la sanidad pública tuvo que esperar «once días o más» hasta que le atendieron. El 12 % resolvió la cita médica en ocho o diez días y el 18,7% en una semana, lo que muestra unas cifras muy similares a las de la anterior oleada de este estudio.

El barómetro sanitario es una encuesta de periodicidad anual que realiza unas 7.800 entrevistas domiciliarias a personas de 18 y más años, en todas las provincias españolas. Este estudio en concreto, la tercera oleada desde que se inició este año, tras las de marzo y junio, se realizó mediante 2.600 entrevistas telefónicas entre el 14 y el 18 de noviembre, en un mes en el que se han producido manifestaciones en varias comunidades en protesta por la situación de la atención primaria, cuya gestión depende de los gobiernos autonómicos.

De hecho, el trabajo de campo de este barómetro se inició al día siguiente de una multitudinaria manifestación en Madrid en defensa de la sanidad pública, en la que al menos 200.000 personas mostraron su rechazo al plan de urgencias extrahospitalarias de la presidenta, Isabel Díaz Ayuso. El margen de error de la muestra de esta oleada es del ±2,0%.

Un 16% necesitó consulta y no pudo obtenerla

Durante los últimos 12 meses, un 15,8% de los ciudadanos afirma que necesitó acudir al médico de familia en la sanidad pública por un problema de salud (ya fuese por síntomas o por una enfermedad previamente diagnosticada) y no pudo hacerlo. Casi la mitad de ellos, el 47,5% fue porque «le dieron cita para muchos días después y ya no lo necesitó», mientras que un 27,3% se quedó sin consulta porque «no consiguió contactar con el centro médico», un porcentaje inferior que el del 37,4% de usuarios que no pudieron contactar con su centro, según la encuesta realizada en marzo de este año.

Es sabido que muchas de las personas que no logran ser atendidos en su centro de salud acuden a los servicios de urgencias de la sanidad pública en busca de respuesta a sus problemas de salud. El 34,1% de los españoles ha acudido a un servicio de urgencias de la sanidad pública en los últimos 12 meses, frente al 30,4% de junio. La cifra también se incrementa en las privadas: 6% en noviembre frente a 5,4 %.

Pese a ello, la inmensa mayoría de los españoles (ocho de cada diez) está satisfecho con la atención recibida por parte de su médico de familia. Para el 47,9% fue «buena» y para el 32% fue «muy buena», porcentajes similares a los de marzo (50% y 30,4%, respectivamente).

Esperas de más de tres meses para el especialista para casi el 40% de pacientes

La encuesta del CIS también pregunta cuánto tiempo pasó desde la consulta del médico de Atención Primaria hasta la cita con el especialista. Este dato va a peor con respecto a junio: el 37,9% de los españoles ha esperado más de tres meses, el 36,8% entre uno y tres y solo el 23,8% tardó menos de un mes. En los casos de las esperas de mayor duración, la estadística es ahora peor que hace cinco meses.

Además, la mayoría de los ciudadanos tiene la percepción de que durante el último año el problema de las listas de espera ha empeorado. Así lo cree el 44% de los españoles, frente al 40,4% de junio. Solo el 8,3% cree que ha mejorado (12% en junio).

La encuesta también ha abordado cuánto tiempo pasó desde que el especialista le dijo al paciente que debía ingresar hasta que efectivamente ingresó. Lo más habitual es menos de un mes, con un 37,4% de las ocasiones, algo más que en junio (36%). En general, en lo que va de año, la premura entre la necesidad de un ingreso y la realización de esto se ha perdido y las esperas de tres meses o más para ingresar en un hospital se están haciendo más comunes. Si en marzo de 2022, el 52% de los ingresos hospitalarios prescritos por un especialista tenían lugar en menos de un mes, ahora ese porcentaje no llega al 40%.

Como dato positivo, baja el porcentaje de españoles que espera de uno a tres meses (25,4% en noviembre frente a 34,1% en junio). Pero aumenta el de aquellos que están más de tres a seis meses de espera: 18% ahora en comparación con el 8,2% en junio y el 4,6% en marzo. Por último, las cifras son similares en los que esperan más de seis meses: 18% en noviembre, 20,7% en junio y 12,2% en marzo.

Se retoma poco a poco la presencialidad

Por otra parte, según las respuestas dadas por los ciudadanos, se va retomando la presencialidad en la atención primaria. El 23,5% fue atendido por teléfono la última vez que tuvo una consulta en la sanidad pública, por el 39,8% que en marzo decía que fue atendido por esta vía en sus consultas de los 12 meses anteriores. En el mismo sentido, el 75% fue recibido presencialmente por su médico de familia, en comparación con el 67,1% del mes de junio.

La atención telefónica dejó «poco» o «nada» satisfecho al 28,2% de los usuarios, por el 26,3% de los insatisfechos en alguna medida en la oleada de la encuesta en marzo. En general, los ciudadanos creen que la consulta telefónica es «más cómoda para el médico» (el 63,7% está «de acuerdo» o «muy de acuerdo» con esta afirmación) de lo que lo resulta para ellos (46,8%), y creen mayoritariamente que no pueden «explicarse igual de bien que en una consulta cara a cara».

Respecto a este tipo de atención, el 62,6% cree que las consultas podrían hacerse en ocasiones por teléfono y en otros casos, de forma presencial, mientras que para el 35% todas las consultas médicas deberían ser presenciales y solo un 1,8% considera que «la mayor parte de las consultas las podría hacer por teléfono».

Crece el rechazo a la videoconsulta

Sin embargo, tras la polémica en la Comunidad de Madrid por el plan de la presidenta Díaz Ayuso de atender urgencias por videoconsulta, ha crecido el rechazo a esta vía de atención médica.

Preguntados por la posibilidad de recibir la atención médica por parte del centro de salud mediante una videoconsulta, el 43% de los encuestados afirma que no la utilizaría, casi tantos como los que sí la usarían (44,5%), cuando en junio el porcentaje de quienes rechazaban la consulta por videollamada era el 31,5% y el 54,1% afirmaba que sí la utilizaría.

El 112 y la atención hospitalaria, los servicios sanitarios más valorados

Entre los diversos servicios sanitarios, los españoles sitúan a las urgencias del 061/112 y la asistencia a pacientes ingresados en hospitales públicos, con 7,28 y 7,08 sobre diez, respectivamente, como los servicios mejor valorados. Ambas han bajado ligeramente su valoración respecto a los meses anteriores.

En el caso de las consultas de Atención Primaria, la nota media es de 6,11, unas dos décimas menos que en las anteriores encuestas. Esta situación se reproduce en las urgencias de Atención Primaria, donde la nota ya se sitúa en el 6,09, en comparación con el 6,36 de junio y el 6,4 de marzo.

También continúa a la baja la valoración de las consultas de atención especializada, situándose en 5,90 puntos (6,14 en junio y 6,27 en marzo), así como la de urgencias de hospitales públicos (6,01 puntos frente a 6,21 en junio y 6,48 en marzo).