Campaña Noessano sobre transparencia y precio de los medicamentos

Sanidad se niega a informar sobre el precio de varios medicamentos de alto coste

  • La campaña No es Sano realizó el año pasado diferentes peticiones de información al Gobierno sobre el precio de varios medicamentos y qué impacto tienen en el presupuesto.
  • El Ministerio de Sanidad se negó a responder acogiéndose a la confidencialidad que protege a la industria farmacéutica, por lo que No es Sano recurrió al Consejo de la Transparencia, que le dio la razón e instó al Ejecutivo a compartir la información.
  • Ahora, Sanidad ha llevado el caso por la vía judicial presentando un recurso contencioso administrativo en el que No es Sano estará representado por Salud por Derecho y OCU.
  • Documentos disponibles en este enlace.

16 de marzo de 2023. En los últimos años, la campaña No es Sano viene realizando acciones para aplicar transparencia a todo el proceso de aprobación y financiación de nuevos medicamentos y terapias por parte del Sistema Nacional de Salud. La campaña ha hecho una serie de peticiones al Ministerio de Sanidad, a través del Portal de la Transparencia, para conocer los precios reales de diferentes medicamentos -principalmente, los nuevos y con coste más elevado-, así como su impacto en el presupuesto.

En 2022, No es Sano presentó una decena de estas peticiones. En todas ellas, la respuesta de Sanidad ha sido siempre la misma en lo referente a la financiación: los precios de los medicamentos son confidenciales porque solo así España puede conseguirlos a un precio más ventajoso. Esta explicación forma parte del argumentario con el que la industria farmacéutica lleva años evitando que se den a conocer los acuerdos que se realizan con dinero público, ya que mantener esta información en secreto le permite negociar con cada Estado un precio diferente, en función de lo que cada país esté dispuesto a pagar, e incluso fijar diferentes precios dentro de un mismo país en las negociaciones que se establecen entre las compañías y los propios hospitales.

No es Sano defiende que, al tratarse de fármacos pagados por la ciudadanía, debe prevalecer siempre el interés público por encima de los intereses comerciales de las empresas. Por ello, debe conocerse cuál ha sido el impacto presupuestario que ha tenido cada uno de los medicamentos para las arcas públicas, también como un ejercicio de rendición de cuentas y transparencia.

Bajo este criterio, en el verano de 2022, la campaña recurrió ante el Consejo General de la Transparencia -organismo independiente encargado de velar por la transparencia de la actividad pública- la respuesta del Ministerio de Sanidad a las peticiones de información sobre dos de estos medicamentos: lanadelumab (Takhzyro), un fármaco para una enfermedad rara hereditaria y remdesivir (Veklury), un fármaco contra la Covid-19.

“No habrá precios justos y asequibles mientras no haya negociaciones justas y las negociaciones justas no son posibles mientras no haya transparencia”, asegura en su escrito No es Sano. En sus alegaciones, el propio Ministerio reconoce que “esta necesidad de ‘secreto’ colisiona aparentemente con la exigible transparencia de la actuación administrativa”, antes de exponer sus argumentos.

El respaldo del Consejo

El Consejo de la Transparencia ha fallado a favor de No es Sano en ambos casos (Takhzyro y Veklury), instando al Ministerio a compartir la información solicitada. “Este Consejo no aprecia la concurrencia de los límites al derecho de acceso a la información invocados, por lo que procede estimar la presente reclamación a fin de que se proporcione a la reclamante la información relativa al precio final del medicamento abonado por el SNS”, asegura en su respuesta, en la que da un plazo de 10 días al Ejecutivo para entregar la información.

El Ministerio de Sanidad, sin embargo, ha decidido recurrir a los tribunales, interponiendo dos recursos contenciosos administrativos a la decisión favorable del Consejo de la Transparencia para que la ciudadanía tenga acceso a esta información. No es Sano se ha personado en esta causa a través de dos de sus organizaciones promotoras, la Fundación Salud por Derecho y la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

“No podemos seguir permitiendo que la industria farmacéutica sea quien marque las líneas de la negociación de la compra de nuevos fármacos, imponiendo el secretismo”, defiende Vanessa López, directora de Salud por Derecho. “Estamos hablando de medicamentos adquiridos con el dinero de la ciudadanía, de nuestros impuestos, y el Gobierno debe ser transparente en este asunto”.

“La transparencia de la administración resulta fundamental sobre todo aquello que tiene impacto en el creciente gasto farmacéutico público. En una época en que la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario se encuentra entre las prioridades de los ciudadanos, no es admisible este oscurantismo”, argumenta Ileana Izverniceanu, directora de Comunicación de OCU.

Una historia que se repite

No es la primera vez que No es Sano se persona en un caso de este tipo. En 2018, la compañía Novartis intentó impedir a través de otro recurso contencioso administrativo que el Ministerio de Sanidad hiciera público el precio de Kymriah, un novedoso procedimiento terapéutico, enmarcado dentro de las denominadas inmunoterapias celulares (CAR-T), para tratar la leucemia linfoblástica aguda.

En aquella ocasión, No es Sano solicitó la información a Sanidad, que también se negó a compartirla. Las organizaciones de la campaña recurrieron entonces al Consejo General de la Transparencia que falló a su favor, asegurando que no se trataba de únicamente de una cuestión de política farmacéutica, sino de un derecho -el de la información- que es un valor intrínseco al concepto de democracia. Novartis, compañía que comercializa la terapia, decidió recurrir a la vía judicial para bloquear el proceso. En la sentencia, el juez señaló que el Ministerio debería haber escuchado a la farmacéutica y conocer sus alegaciones al inicio del procedimiento. De este modo, el litigio quedó paralizado por un defecto de forma.

En el caso actual, hay dos diferencias esenciales: Sanidad ha dado previamente un periodo de alegaciones a las compañías implicadas, por lo que el desenlace no podrá ser el mismo; y quien ha interpuesto el contencioso no son las empresas, sino el propio Gobierno.

La vacuna del Herpes Zóster, Juan Gérvas

El herpes zóster es enfermedad infrecuente y generalmente leve, para la que hay tratamiento. Se produce por la “reactivación” del virus de la varicela que puede alojarse en ganglios nerviosos de por vida.

Hay dos vacunas, una como la de la varicela, de virus atenuados, pero mayor dosis y otra que es genética. La primera es de dos inyecciones, y la segunda solo una (pero produce más efectos adversos).

La eficacia de estas vacunas es muy baja, del 3-6 %. Por ello es absurdo que se hayan introducido en el calendario vacunal (a los 65 años) y, ante el rechazo general, la industria fabricante ha emprendido una campaña que transforma el herpes zóster en enfermedad terrible.

Lo prudente es no vacunarse. Y no vacunar a los pacientes sin explicarles bien el asunto, para que lo entiendan.

El herpes zóster (“la culebrilla” que dicen) es enfermedad poco frecuente que raramente se complica y que tiene tratamiento. Se produce por el virus de la varicela, que queda incrustado y “dormido” durante décadas en ganglios nerviosos y, al “reactivarse” por causas varias, genera dolor y unas vesículas en la zona de piel inervada por el ganglio correspondiente, un dermatoma (una tira de piel). De ahí su nombre, que alude a cinturón. Las vesículas en la piel tienen el propio virus de la varicela y pueden contagiar por contacto.

La vacuna herpes zóster está en el calendario vacunal nacional, del Ministerio de Sanidad, a los 65 años y se está introduciendo poco a poco, se supone que a toda la población anciana en 2024.

Hay dos vacunas:

1. La vacuna Zostavax© (ZVL), de la compañía MSD, es una vacuna viva atenuada de virus varicela zoster que se administra en pauta de una dosis y está contraindicada en estados de inmunodeficiencia primaria o adquirida. Es la misma vacuna de la varicela pero con mayor dosis.

2. La vacuna Shingrix© (HZ/su), de la compañía GSK, es una vacuna producida por técnicas de recombinación de ADN (es una vacuna “genética”) que se administra con una pauta de dos dosis y que también está indicada para las personas con condiciones de riesgo que conllevan inmunodeficiencia a partir de los 18 años de edad.

https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/vacunas/ciudadanos/zoster.htm 

Venden la vacuna asustando con la enfermedad

Si usted es español, habrá sufrido dos veranos seguidos de noticias sobre robos y asaltos de vivienda, y no tendrá dudas de su impacto en crear inseguridad y compra de servicios de seguridad y alarma para impedirlo. Por supuesto, son noticias y campañas promovidas por las empresas de seguridad que logran ventas vendiendo miedo.

Algo similar se hace todos los años con la vacuna de la gripe, y ya sabemos que ha llegado el otoño cuando empiezan a salir noticias y entrevistas a expertos, anunciando cada año que “este año la gripe será peor que nunca”. Y así, con miedo, logran la aceptación de una vacuna fallida, buena solo para las industrias y sus accionistas.

Pues lo mismo están haciendo las empresas de la vacuna zóster con una campaña mundial que llamamos de “disease awareness”, de llamar la atención sobre la enfermedad para vender la vacuna. Una campaña que aterroriza con el herpes zóster.