Más de 5.000 personas se manifiestan en Gijón (25/03/2023)

«Hay motivos para seguir luchando», podía leerse en la pancarta que ayer encabezaba la manifestación convocada en Gijón por la Asociación de Trabajadores Asturianos de la Sanidad (ATAS). Y tras ella, más de 5.000 personas, según cálculos de la Policía Nacional, que protestaban contra unas condiciones de trabajo y una gestión sanitaria que consideran «pésima».

Es la segunda vez que los trabajadores del Servicio de Salud del Principado (Sespa) organizan una movilización multitudinaria. La primera, celebrada en Oviedo el pasado mes de febrero, reunió a unas 4.000 personas. Mejorar ese nivel de participación, que en su momento ya superó todas las expectativas, supone un refuerzo para quienes le replican al presidente del Principado, al consejero de Salud y a la gerente del Sespa que «no todo es dinero». Sencillamente, es que «estamos hasta los zuecos», proclamaban los manifestantes, que, en el fragor de la protesta, llegaron a decir también que se sentían «hasta los güevos» por sus condiciones de trabajo.

La protesta de ayer llega diez días después de que el Sespa llegase a un acuerdo con los sindicatos -lo firmaron cinco de las seis organizaciones que participaron en la negociación- para mejorar las retribuciones salariales de la plantilla. Esas mejoras suponen un desembolso anual de 23 millones de euros, pero no han conseguido apaciguar el «profundo malestar» que siente una parte de la plantilla. Más bien todo lo contrario: «Pensaron los del Gobierno que aumentando el salario a a algunas categorías iba a solucionarse el problema. Pero lo único que han hecho es aumentar las desigualdades, creando profesionales de primera y de segunda».

Aplausos desde las aceras

En la manifestación de ayer, estaban representadas todas las categorías y áreas sanitarias de Asturias, aunque enfermeras, TCEs (evolución de los cuidados que han venido prestando las auxiliares) y celadores son la fuerza motora de esta marea «por la defensa de la sanidad pública» a la que ayer se sumaba también la Federación de Asociaciones de Vecinos de Gijón. «Estas son las manos que os cuidan», cantaron durante su recorrido reivindicativo desde la plazuela de San Miguel a El Carmen. A su paso, hubo viandantes que aplaudieron de forma espontánea en señal de apoyo.

«Si una TCAE tiene que trabajar en un servicio especial para el que no tiene formación y acaba el turno llorando, ¿eso se mejora dándole 30 euros más al mes? Cuando una enfermera se encuentra sola en un centro de salud porque no han sustituido al médico, ¿se soluciona con 30 euros? Cuando los pacientes de El Berrón pasan días sin un médico que les atiende, ¿importa que les hayan subido el sueldo?», encadenó Arantxa García, en la lectura del manifesto que puso fin a casi dos horas de protesta. «Quisieron, por un lado, mantener amarrado a un coletivo que en estos momentos es escaso -en referencia a los médicos- y, por otro, dividirnos. No contaban con toda la gente que hay aquí», prosiguió.

Arantxa García le puso voz al malestar que existe entre los profesionales de la sanidad pública asturiana que reclaman «unos contratos y unas condiciones laborales dignas». Ayer, los manifestantes alzaron una pancarta con la caricatura del presidente del Principado, Adrián Barbón, para hacerle saber, a modo de viñeta, que «ya no puede ocultar la realidad». Un realidad, según denuncian, en la que hay profesionales con contratos de un día y que trabajan «a destajo», «muy por encima» de su jornada laboral ordinaria.

«En el sistema sanitario, si un eslabón se rompe, la cadena se rompe. Y aquí estamos todos, juntos, unidos como compañeros, sin sindicatos ni partidos», remarcaba García al término de la manifestación. ATAS se creó, precisamente, para canalizar de forma «apolítica» y «asindical» el clima de descontento que se puso de manifiesto con la multitudinaria protesta del mes de febrero en Oviedo. Ayer, tampoco hubo siglas. Salvo el logotipo de la Corriente Sindical de Izquierda (CSI) que aparecía estampado en los dos altavoces que se instalaron en la plaza de El Carmen para que se pudieran escuchar alto y claro las razones de la manifestación.

Las pancartas ya lo decían todo: «Barbón, dónde está mi conciliación»; «Sometidas, engañadas, agotadas, puteadas»; «Recortad sillones y no peones»; «Trabajar en el Sespa, infierno en el Paraíso»; «Plantillas deficientes, riesgo para los pacientes». Todas ellas encaminadas a poner en evidencia la gestión del sistema sanitario asturiano. «Señor presidente, ¿no te das cuenta que todo ese cortejo de gestores puestos a dedo lo están haciendo mal?», espetó Arantxa García en el tramo final de una manifestación que empaña el balance político de esta legislatura, en la que Adrián Barbón ha hecho bandera de la buena situación de la sanidad pública en Asturias, con el mayor gasto sanitario per cápita del país.

La voz de los pacientes

El presidente del Principado llegó incluso a hacer un llamamiento a los sanitarios de otras comunidades que pudieran sentirse maltratados para que se vinieran a trabajar a Asturias. «Aquí encontraréis mejores condiciones», les animó en una de sus comparecencias públicas. Fue la chispa que desató este incendio a dos meses de las elecciones autonómicas y municipales. Ayer, le replicaban no solo los trabajadores del Servicio de Salud, sino también sus usuarios: «Nuestro sistema sanitario está enfermo», sostenía Charo Blanco, que se pronunció en representación de la Federación de Vecinos de Gijón.

Esta líder vecinal habló del colapso de la Atención Primaria, de las listas de espera y de la sobrecarga de trabajo que soportan los profesionales. «Se ha degradado la sanidad pública, lamentó Blanco, advirtiendo, a su vez, del aumento de los seguros de salud privados. «Somos pacientes, no clientes. La sanidad pública, un bien común e indispensable, acabará quedando para la beneficiencia», alertó. En definitiva, «la sanidad no se vende, se protege», lanzaron como mensaje colectivo,

La medicina es una ciencia social y política

virchow
Rodolfo Virchow

“La medicina es una ciencia social y la política no es más que medicina a gran escala”. Rudolf Virchow hizo escuela en la América de la crisis, donde aparece un artículo titulado «La política social como política de salud» en JAMA – la revista oficial de los médicos estadounidenses.

En 1848 el gobierno prusiano envió a Rudolf Virchow -profesor de anatomía patológica en la Universidad de Berlín- a Silesia para combatir una epidemia de tifus en la población polaca . Inmediatamente comprobó que la verdadera causa del mal era la pobreza, las malas condiciones higiénicas y la presencia de un estado autoritario y represor. Entre las hipótesis sobre el origen de la epidemia en esta región, habitada principalmente por mineros, estaba la hipótesis climática. En cambio, Virchow argumentó que el clima no podría haber causado la epidemia si la población tuviera una alimentación adecuada y estuviera menos oprimida. La terapia propuesta incluía, por tanto, tres ingredientes principales: “Educación con tus hijos: libertad y prosperidad”.

Virchow, luego de esta experiencia, desarrolló la tesis del origen multifactorial de las enfermedades, argumentando que las condiciones materiales de la vida cotidiana de las personas eran la principal causa de enfermedad y muerte. Por lo tanto, según Virchow, un sistema de salud eficaz no podía limitarse a tratar las dolencias clínicas de los pacientes, tenía que abordar las raíces profundas de las enfermedades y epidemias. Para hacer esto se requerían cambios sociales, tan importantes como las intervenciones médicas, quizás incluso más: » La medicina mejorada puede eventualmente prolongar la vida humana, pero las condiciones sociales mejoradas pueden lograr esto más rápidamente y con mayor éxito «.

Virchow -ante la condición de miseria en que caía la mayoría de la población- criticó la , y en 1849, cuando una epidemia de cólera asolaba Berlín, expresó toda su indignación así: ¿indiferencia y la apatía de los gobernantes ¿Que nuestra tarea no es redactar instrucciones para proteger a los consumidores de melones y salmones, dulces y helados, es decir, la burguesía rica, sino crear instituciones que protejan a los pobres, aquellos que no pueden pagar pan fresco, carne y ropa de abrigo? ¿Podrían los ricos en el invierno, frente a estufas calientes y tartas de manzana, recordar que las tripulaciones de los barcos que transportan carbón y manzanas mueren de cólera? Ytriste ver que miles siempre tienen que morir en la miseria para que unos cientos puedan vivir bien ” [ 1 ] (en Recursos ).

Las ideas de Virchow influyeron profundamente en la política alemana en la época de Bismarck (véanse las reformas de la atención médica y la seguridad social implementadas entre 1883 y 1889) y formaron la base conceptual para el desarrollo de la » medicina social » en toda Europa. En Italia muchos médicos siguieron sus enseñanzas . Tullio Rossi Doria, ginecólogo, autor de un volumen titulado «Medicina social y socialismo», escribió así a principios del siglo XX: «¿Cómo pueden creer que podrán redimir a nuestro país del triple flagelo (malaria, pelagra, tuberculosis , ed) , cuando estas tres enfermedades tienen todas su causa en la miseria, si ésta no se combate frente a? […] Y es con los anémicos proyectos de reforma temerosamente presentados, tímidamente defendidos, cuidando de no dañar ningún interés, de no ofender ninguna susceptibilidad, de no hacer ruido, de deslizarse silenciosamente en el adormecido campo enemigo que crees logrará la victoria?”[ 2 ].

Llegando al día de hoy, Virchow habría bendecido con gusto los documentos producidos por la Comisión sobre los determinantes sociales de la salud de la OMS (ver las publicaciones asociadas con la etiqueta Determinantes sociales y desigualdades ) y mostró toda su grata sorpresa al ver declaraciones tan cercanas. al publicado en JAMA. Precisamente en JAMA , el diario oficial de la American Medical Association (AMA), la asociación de médicos estadounidenses que hasta ayer bloqueó el camino a cualquier reforma seria del sistema sanitario, con su obstinada y sorda oposición a cualquier forma de asistencia sanitaria pública, de la medicina socializada .

JAMA en su edición del 18 de marzo de 2009 publicó dos artículos sobre el tema de los determinantes sociales de la salud aplicados a la situación estadounidense, uno de Michael Marmot[ 3 ] y otro de Steven Woolf[ 4 ].

A continuación se presentan extractos del artículo de S. Woolf , de la Universidad de Virginia.

“ Como demuestra la recesión actual, las presiones socioeconómicas pueden afectar la salud mucho más profundamente que los médicos . Junto con las restricciones en el acceso a la atención (porque los seguros y los tratamientos se han vuelto menos asequibles para los pacientes, las empresas y el gobierno), la economía introduce prioridades en la vida diaria que compiten con el logro de una buena salud. La atención a la dieta, la ingesta regular de medicamentos y las citas de detección se pierden cuando el salario, los ahorros y el hogar están en riesgo. Muchas personas sustituyen sus ejercicios físicos habituales por un segundo trabajo. Los bajos salarios obligan a otros a tomar decisiones poco saludables: las familias sustituyen las verduras frescas por comida rápida, los mayores cargan sus congeladores con alimentos congelados para abaratar el coste de la compra. El estrés, junto con sus efectos fisiológicos, induce al consumo de cigarrillos, alcohol y drogas y fomenta comportamientos abusivos. Las personas desesperadas cometen actos violentos y asesinatos para robar lo que necesitan; otros se quitan la vida. Mejorar la atención de la salud es solo la mitad de la respuesta si las enfermedades son causadas por las condiciones de la vida cotidiana ”.

“ El grado en que las condiciones sociales afectan la salud queda ilustrado por la asociación entre el nivel educativo y las tasas de mortalidad . En 2005, la tasa de mortalidad entre los adultos de 25 a 64 años con educación superior a la secundaria fue de 206,3 x 100.000; era el doble (477,6 x 100 000) entre los que tenían diplomas de escuela secundaria y el triple (650,4 x 100 000) entre los que tenían una educación inferior (consulte el sitio web en Recursos ) . Desigualdades dramáticas similares afligen a las minorías pobres (negros e hispanos) que registran peores condiciones de salud y mueren antes que los blancos ricos.El orden de magnitud de estas desigualdades es sorprendente. Más del 30% de los que viven en la pobreza reportan malas condiciones de salud, cinco veces más que lo reportado por los grupos más ricos. Los bebés negros tienen el doble de tasas de mortalidad infantil que los blancos y su esperanza de vida es menor que la de los bebés en Bosnia y Croacia. Fue posible estimar el número de muertes que podrían evitarse si los negros tuvieran las mismas tasas de mortalidad que los blancos, resultado plausible si se rectificaran las diferentes causas de las desigualdades. Un cambio social de esta escala podría producir inmensas ganancias en salud, muy superiores a las que se pueden lograr con mejoras en la atención médica.Si los negros tuvieran las mismas tasas de mortalidad que los blancos, se podrían salvar cinco vidas por cada vida salvada por los avances biomédicos «.

Todo esto en teoría, se apresura a aclarar S. Woolf. La realidad es otra porque los cambios sociales son inmensamente difíciles . Sin embargo, los tiempos han cambiado , dice el autor. La recesión ha creado una emergencia social frente a la cual la sociedad estadounidense está reaccionando con inversiones en el bien común : ayudar a las familias a hacer frente a los gastos, mantener sus trabajos, mantener sus hogares, enviar a sus hijos a la escuela, así como salvaguardar los servicios esenciales y el comercio en de qué comunidades dependen.

“ La salud –prosigue S. Woolf– debe añadirse a la lista de bienes comunes, no solo por su valor intrínseco sino también por los efectos que la salud produce en la economía : si continúa el malestar El ingreso familiar y la educación son determinantes importantes de la salud, pero también lo son el transporte, la vivienda, la agricultura y otras políticas no relacionadas con la salud. Estudios conocidos como evaluaciones de impacto en la saluddocumentar bien las consecuencias sanitarias de las políticas no sanitarias. Programas que parecen no tener relación con la salud, como obras viales, pueden transformarse en estrategias de salud, cuando los encargados planifican rutas ciclistas y peatonales para promover la actividad física”.

» El cambio social es una herramienta legítima para mejorar la salud » .

“ Si la salud se trata de los responsables de la política social, el corolario obvio para los líderes de la salud es utilizar la política social para los objetivos de salud . Aunque la mayoría de los médicos tienen intereses limitados en el campo social, aquellos con roles de responsabilidad en la definición de estrategias de salud deben tener una visión más amplia. Si la misión de la profesión médica es optimizar la salud, entonces se deben considerar todas las opciones más efectivas, no solo las herramientas clínicas (como medicamentos y pruebas de diagnóstico), especialmente cuando otras herramientas funcionan mejor. Por ejemplo, ningún medicamento para la diabetes está asociado con una diferencia de 3 veces en las tasas de mortalidad, como es el caso del nivel educativo.: Entre los adultos de 40 a 64 años, las tasas de mortalidad por diabetes son de 21,42 por 100 000 para los graduados universitarios y de 67,30 por 100 000 para los que solo tienen educación secundaria ). En consecuencia, las organizaciones de endocrinología y las sociedades científicas dedicadas a mejorar los resultados de salud de los diabéticos deben promover reformas educativas con la misma fuerza con la que abogan por el control de la enfermedad ”.

“ El sistema debe cambiar para que los temas sociales se incorporen a las políticas de salud. El primer obstáculo es de actitud: los profesionales de la salud en todos los niveles deben aceptar el principio de que el cambio social es una herramienta legítima para mejorar la salud.. Este compromiso implica cambios en las tareas de los responsables de las políticas de salud, los médicos generales y los investigadores. […] Para los médicos generales, integrar el cambio social en la práctica de la atención requiere algo más que buscar el asesoramiento de los servicios sociales. Esto significa identificar objetivos sociales para los pacientes (p. ej., encontrar un trabajo, un título) y coordinarse con otras disciplinas y socios comunitarios (p. ej., escuelas, agencias de empleo, empresas) para encontrar soluciones. Si bien se necesitan fondos e infraestructura ad hoc para hacer esto, se podría hacer mucho con las herramientas existentes. Por ejemplo,el modelo para la recopilación electrónica de datos de pacientes podría rediseñarse para monitorear las condiciones sociales del sujeto, así como otros «signos vitales». Los sistemas de salud y las agencias de protección social podrían trabajar juntos para desarrollar un sistema de información integrado».

“Las consecuencias sanitarias de las políticas sociales merecen mayor atención por parte de los involucrados en las políticas de salud, especialmente en un momento como el actual en el que la nación se reconfigura para superar una prueba sin precedentes. Se están a punto de tomar decisiones serias que afectarán las condiciones de vida y por lo tanto la salud de la población en los años venideros. Este no es el momento para que las profesiones de la salud se distancien de estos temas. No reconocer la influencia de las condiciones sociales en la salud siempre es problemático, pero especialmente ahora ”.

No reconocer la huella de la condición social en la salud es problemático en cualquier momento, pero especialmente ahora.

Recursos

Waitzkin H. Un siglo y medio de olvido y redescubrimiento: las contribuciones duraderas de Virchow a la medicina social . Medicina Social 2006; 1(1): 5-10 [ PDF: 96 Kb ] El Informe sobre la epidemia de tifus en la Alta Silesia de R. Virchow se publica
en el mismo número de Social Medicine

El sitio web de la Comisión de la Fundación Robert Wood Johnson para construir una América más saludable contiene una calculadora en línea diseñada por S. Woolf para evaluar el impacto de un título en la salud en varios estados de EE. UU.

Bibliografía

  1. Waitzkin H. Un siglo y medio de olvido y redescubrimiento: las contribuciones duraderas de Virchow a la medicina social . Medicina Social 2006; 1(1): 5-10 [ PDF: 96Kb ]
  2. G. Cosmacini. Historia de la medicina y la salud en Italia. Roma-Bari: Laterza Publishers, 1987, p. 398.
  3. Marmot M, Bell R. Action on Health Disparities in the United States, Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud. JAMA 2009; 301:1169-71
  4. Woolf SH. La política social como política de salud [ resumen ]. JAMA 2009; 301:1166-9

Salvar la Atención Primaria es salvar la Sanidad Pública

BORRADOR DE MANIFIESTO: “SALVAR LA SANIDAD PÚBLICA”

La sanidad pública es un bien común imprescindible porque si exceptuamos a una minoría de la sociedad que tiene niveles muy altos de ingresos y puede recurrir en cualquier circunstancia a la sanidad privada, la inmensa mayoría de la población dependemos de la sanidad pública, sobre todo si tenemos un problema grave de salud.

Sin embargo, la sanidad pública sufre desde hace años un proceso de continuo deterioro que la pandemia del Covid19 ha acentuado y acelerado. El colapso de la Atención Primaria, las desproporcionadas listas de espera y unos trabajadores sanitarios desbordados y en precario, son problemas muy graves que si no se corrigen terminarán por convertir la sanidad pública en un servicio de beneficencia para familias con pocos recursos.

Nuestro sistema sanitario está enfermo, instalado en la pasividad y el deterioro, y los síntomas (y las reformas requeridas) son cada día más evidentes para la opinión pública. Una de las primeras consecuencias es el éxodo de la clase media y de los que pueden pagar, para buscar refugio en las pólizas y las consultas privadas. Así, el gasto sanitario del bolsillo de los españoles ya está muy por encima de la media de la Unión Europea, y en Asturias mas del 20% de la población ya ha contratado una póliza privada, un porcentaje que en Madrid, Cataluña alcanza el 40%.

EL personal sanitario, aplaudido en su día y abandonado a su suerte en las post- pandemia, sigue arrastrando los mismos problemas, nada fáciles de sobrellevar, con inestabilidad en el empleo y condiciones laborales deficitarias. El personal sanitario es el principal activo del sistema y no puede estar sometido a ratios que no se corresponden con las necesidades reales, sin cobertura de vacantes, sin programas de formación ni reconocimiento del desempeño de responsabilidades, con negación del derecho a la conciliación de la vida personal y familiar.

No es alarmismo, sino la suma de factores fácilmente identificados: La sanidad pública no puede seguir subfinanciada; despoblándose de profesionales cada vez más desmotivados; desentendida de los determinantes sociales y en consecuencia de prevenir los riesgos evitables para la salud; incapaz de construir un gran servicio de medicina familiar y comunitaria; fracturada territorialmente; subordinada a las grandes multinacionales farmacéuticas y tecnológicas; sometida a un gerencialismo opaco e ineficiente que niega la participación de los trabajadores y la ciudadanía; debilitada moralmente por un discurso predominantemente mercantil.

El sistema sanitario público ha sido una de las grandes conquistas sociales en nuestro país y aún estamos a tiempo de aprender la lección y asumir que las políticas que se desentienden de lo público y que de forma directa o encubierta, han degradado el sistema sanitario por la pasividad o la complicidad de los gobiernos. Necesitamos un sistema sanitario capaz de afrontar las necesidades de la población, dignificar a sus trabajadores y dar respuesta a los grandes retos que la salud tiene en este siglo como son las desigualdades en salud, la emergencia climática, el resurgimiento de las enfermedades infecciosas y la epidemia de enfermedades crónicas que afecta a millones de ciudadanos.

Necesitamos recuperar la sanidad pública desde la voluntad colectiva y y el más amplio consenso político y social . Por ello, pedimos a los partidos políticos, a todas las organizaciones sindicales, ciudadanas, asociaciones profesionales sanitarias, consumidores y entidades de toda naturaleza social y cultural, que apoyen a la Sanidad Pública, un bien indispensable, que no se vende, se defiende!!!

Asturias, Marzo 2023