¿ Qué presupuestos necesita la Sanidad Pública asturiana ?

El gobierno ha presentado esta mañana su Proyecto de Ley de Presupuestos. Hasta ahora, y año tras año, los presupuestos de sanidad han tenido una responsabilidad significativa en las deficiencias que se han ido acumulando en el sistema sanitario público. Año tras año, se aprueban unos presupuestos que son siempre “continuistas”, expresando la falta de voluntad política para acometer los grandes retos de nuestra sanidad pública y poder dar respuesta a sus problemas1. No deberíamos en el presente ejercicio volver a cometer los mismos errores.

Es cierto que todos los años el gobierno presume de que la inversión supera lo presupuestado el año precedente, aunque es así mismo verdad que siempre están por debajo del gasto real ejecutado al final del ejercicio2. Este año, el gasto por habitante y año se establece en 2.308,6 € lo que significa con respecto a 2023 (2.132 €) un incremento de 176,6 € per cápita. Hay que destacar que en el pasado ejercicio eramos la CCAA con mayor gasto sanitario de todo el Estado. Un dato muy positivo3, si bien, hay que contrastar nuestros números con los 5.000 € per cápita de Luxemburgo, los más de 4.000 en Dinamarca, Alemania, Irlanda, Suecia y Países Bajos, o los más de 3.500 de Francia y Reino Unido. Sabemos que se hace un esfuerzo, pero todavía insuficiente por lo que nuestra propuesta es subir el gasto sanitario a 3.000 euros per cápita, incluyendo en esta subida los fondos de la UE destinados a la sanidad asturiana.

En todo caso, el problema crónico de nuestros presupuestos sanitarios es la hipertrofia del gasto en medicamentos y tecnologías y la debilidad de nuestras inversiones en Atención Primaria, Salud Pública y Salud Mental. Y es aquí donde un año detrás de otro demandamos voluntad política para afrontar estos cambios.

Los presupuestos de 2024 deben responder a las siguientes prioridades

1. Transparencia: Los presupuestos no deben presentarse como se hace en la actualidad, sino de de forma diferenciada y detallada para cada una de las Áreas de Salud, especificando la inversión en Atención Primaria y Hospitalaria. No tiene sentido que esta información se conozca a posteriori, a través de una comparecencia de la Consejera en el Parlamento o los medios de comunicación.

2. Ajustarse al gasto real. Los presupuestos en salud para 2024 deben ajustarse al gasto real. Los últimos datos conocidos del gasto público consolidado en salud en Asturias tenían una desviación al alza del 3,2% lo que viene siendo habitual en los últimos años

3.. Disminuir los tiempos de espera, con demoras que superan los máximos permitidos legalmente y que empeoran cada día, generando una peligrosa brecha social entre los que pueden pagar un seguro o una consulta privada y los que quedan atrapados sin solución en las listas de espera. Urge la aplicación del decreto 59/2018 y activar el horario de tarde de los centros sanitarios y mejorar la eficiencia.

4. Apoyar la Atención Primaria, garantizando el 25% de los presupuestos (y no sólo en el capítulo de personal) y adaptar el modelo hacia la salud comunitaria. Es imprescindible contratar más personal de todas las categorías y consolidar la enfermería comunitaria. El mayor esfuerzo presupuestario debe destinarse a la Atención Primaria.

5. Dedicar recursos para la protección y la promoción de la salud y como primera medida destinar el 4% de lo presupuestado a potenciar los servicios de Salud Pública. Mejorar la salud es intervenir con políticas públicas en los determinantes sociales de la salud. Y el primero de ellos es garantizar la universalidad del sistema sanitario mediante la atención normalizada a todos los habitantes de la región, incluyendo a los inmigrantes en situación administrativa irregular, que tiene barreras a la atención sanitaria.

6. Reducir el gasto excesivo en medicamentos y en tecnologías que no repercuten en mejorar el nivel de salud. El pasado ejercicio representó el 29% del presupuesto, sin incluir el gasto farmacéutico no-territorializado de las Mutualidades, que supone el 3,9% del total, . Existen muchas opciones para reducir el gasto innecesario en medicamentos, como muestra el bajo porcentaje de medicamentos genéricos (35% del total de los envases) en nuestra Comunidad. Son necesarias acciones concretas de desmedicalización, recomendaciones de “no hacer” y reducción del gasto en tecnologías y duplicidad de pruebas, y medicamentos (incluida la farmacia hospitalaria). Son necesarias acciones de formación continuada de los profesionales y la ciudadanía.

7. Mejorar la atención a la salud mental, garantizando el pleno desarrollo y adecuado

seguimiento de la Estrategia de Salud Mental que demanda nuevas inversiones en recursos humanos para 2024 y en nuevas infraestructuras de centros de salud mental y de remodelación hospitalaria.

8. Promover una Estrategia Regional de Coordinación Sociosanitaria para la atención a las personas mayores. Se deben incrementar las camas públicas de media y larga estancia y otorgar prioridad a la atención a la cronicidad y la coordinación sociosanitaria para la atención a personas mayores.

9 Constituir una agencia de integridad pública (Compliance Officer) para combatir las malas prácticas, la corrupción y las relaciones indebidas, en un sector de alto riesgo ya que dispone de muchos recursos, con incertidumbre en las decisiones, asimetría en la información e implicación de múltiples actores (reguladores, pagadores, proveedores, consumidores…).

10. Invertir en la formación de los profesionales y trabajadores sanitarios, para asegurar la capacitación y la independencia del sistema. Sustituir las Fundaciones de investigación (entidades privadas al amparo de la Ley 30/1884) por fondos públicos gestionados por el hospital. La mayoría de sus actividades son ensayos clínicos realizados por acuerdo directo entre los laboratorios farmacéuticos y las propias Fundaciones, caracterizadas por su opacidad.

04- 12- 2023

C. Ponte

Plataforma por la Salud y la Sanidad Pública de Asturias

1 Radiografía de la Sanidad en España: https://www.rtve.es/noticias/radiografia-sanidad-espana/

2 Ministerio de Hacienda. SERIE Gasto Farmacéutico y Sanitario: periodo junio – 2014 a agosto – 2023

Prestación Farmacéutica en el Sistema Nacional de Salud, 2022

3 https://www.sanidad.gob.es/estadEstudios/estadisticas/inforRecopilaciones/gastoSanitario2005/home.htm

Los riesgos de la tomografia axial computarizada (TAC)

El mes pasado se aprobó una nueva medida de calidad de la radiación que produce la tomografia axial computarizada (TAC) dado que las radiaciones ionizantes que produce el TAC pueden causar un daño potencial muy importante. Una medida muy útil para la seguridad del paciente.

Noelle Serino | 28 de noviembre de 2023

A win for high-value care: CMS approves new measure of CT radiation quality

Cada año, se estima que se realizan más de 80 millones de tomografías computarizadas en los Estados Unidos. El procedimiento se utiliza en tumores, y lesiones hasta en enfermedades cardíacas y neumonía. Son una herramienta de diagnóstico esencial pero se han de utilizar con cuidado.

Cada vez que se realiza una tomografía computarizada, el paciente está expuesto a radiación ionizante y su exposición a grandes dosis puede dañar las celulas y el material genético, aumentando el riesgo de mutaciones y, en consecuencia, de cáncer.

Muchos pacientes todavía reciben de forma rutinaria dosis de radiación dos o tres veces mayores de lo que deberían. Esto provocará cáncer en un pequeño porcentaje de pacientes, aproximadamente treinta y seis mil cánceres cada año. La TC causa el 2% de los cánceres anuales, «pero podemos reducir ese riesgo sustancialmente sin reducir el valor de las exploraciones”, dice la Dra. Rebecca Smith-Bindman, de la UCSF.

La cantidad de radiación que recibe un paciente en una tomografía computarizada varía ampliamente, en gran medida debido a las diferencias en la forma en que los médicos usan las máquinas de tomografía computarizada en las diferentes instituciones. Hay una variación de 13 veces entre las dosis más bajas y más altas utilizadas en diferentes tomografías computarizadas. Una variabilidad inaceptable

Para abordar este problema se ha desarrollado una nueva medida: dosis de radiación excesiva o calidad de imagen inadecuada para la tomografía computarizada de diagnóstico en adultos, que establece umbrales según las características del paciente y el tipo de estudio.

Se estima que la nueva metrica de calidad de la radiación puede ayudar a mejorar la calidad y reducir el daño al paciente y en esa medida prevenir casi 14.000 cánceres e cada año.

Un ejemplo más de la iatrogenia que produce la práctica de la medicina. Otro ejemplo muy significativo es la utilización de procedimientos innecesarios, como es el caso de que en los hospitales de EE. UU. colocaron casi 230 000 stents coronarios innecesarios entre 2019 y 2021, es decir, uno cada siete minutos.

Estatinas, riesgo absoluto y riesgo relativo

https://theconversation.com/benefits-of-statins-may-have-been-overstated-new-study-175557

Las estatinas para reducir el colesterol son uno de los medicamentos más utilizados en el mundo. Fueron aprobados por primera vez para personas con un alto riesgo de enfermedad cardiovascular en 1987. Para 2020, se estimó que las ventas globales se acercaron a US $ 1 billón (£ 764 mil millones).

Sin embargo, ha habido un debate en curso sobre si las estatinas se recetan en exceso o no. ¿Todos los que los toman realmente se benefician de ellos? Para averiguarlo, mis colegas y yo encontramos 21 ensayos clínicos relevantes y analizamos los datos combinados (más de 140 000 participantes) en lo que se conoce como metanálisis.

Hicimos dos preguntas: ¿es mejor reducir el colesterol LDL (a veces conocido como colesterol «malo») tanto como sea posible para reducir el riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular o muerte prematura? Y, ¿cómo se comparan los beneficios de las estatinas cuando se trata de reducir el riesgo de estos eventos?

En respuesta a la primera pregunta, encontramos una relación sorprendentemente débil e inconsistente entre el grado de reducción del colesterol LDL al tomar estatinas y la probabilidad de que una persona sufra un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular, o muera durante el período de prueba. En algunos ensayos, las reducciones en el colesterol LDL se asociaron con reducciones significativas en el riesgo de morir, pero en otros, las reducciones en el colesterol LDL no redujeron este riesgo.

Este es un hallazgo importante porque las pautas clínicas han ampliado la proporción de personas elegibles para las estatinas a medida que los niveles de colesterol LDL «ideales» se redujeron gradualmente. Por ejemplo, un estudio estimó un aumento del 600 % en la elegibilidad para las estatinas entre 1987 y 2016.

La proporción de personas en Europa elegibles para estatinas

Un gráfico que muestra la proporción de personas elegibles para estatinas que aumentó del 8 % en 1987 al 61 % en 2016.
Proporción de personas elegibles para estatinas, según la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) y la Sociedad Europea de Aterosclerosis (EAS).

Con respecto a la segunda pregunta, analizamos dos tipos de reducción del riesgo: reducción del riesgo relativo y reducción del riesgo absoluto. Imagine que su probabilidad de morir prematuramente por cierta afección es del 0,2 %, y hay un medicamento que reduce la probabilidad de morir al 0,1 %. En términos relativos (reducción del riesgo relativo), su probabilidad de morir se ha reducido a la mitad o se ha reducido en un 50 %. Pero en términos absolutos (reducción absoluta del riesgo), su probabilidad de morir solo se ha reducido en un 0,1 %.

Aunque hay una reducción del riesgo relativo del 50%, ¿es una diferencia significativa? ¿Valdría la pena cambiar a este medicamento, especialmente si tiene efectos secundarios asociados? La reducción absoluta del riesgo presenta una imagen más clara y facilita que las personas tomen decisiones informadas.

En nuestro estudio, encontramos que la reducción del riesgo absoluto al tomar estatinas fue modesta en comparación con la reducción del riesgo relativo. La reducción del riesgo relativo para los que tomaron estatinas en comparación con los que no las tomaron fue del 9 % para las muertes, del 29 % para los ataques cardíacos y del 14 % para los accidentes cerebrovasculares. Sin embargo, la reducción absoluta del riesgo de morir, sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular fue del 0,8 %, 1,3 % y 0,4 %, respectivamente.

Reducción del riesgo absoluto en comparación con la reducción del riesgo relativo

Reducción del riesgo absoluto en comparación con la reducción del riesgo relativo. JAMA

Diferencias individuales

Una consideración adicional es que los ensayos informan los resultados promedio de todos los participantes incluidos en lugar de un individuo. Claramente, el riesgo individual de enfermedad de las personas varía según el estilo de vida y otros factores. El riesgo inicial de enfermedad cardiovascular se puede estimar utilizando una calculadora en línea, como QRisk , que tiene en cuenta una variedad de factores, como el peso, el tabaquismo, la presión arterial, el colesterol y la edad.

La probabilidad de que una persona desarrolle una enfermedad cardiovascular en los próximos diez años se expresa como un porcentaje. Por ejemplo, considere a un hombre de 65 años con sobrepeso que fuma, tiene presión arterial alta y colesterol total. Él puede tener un alto riesgo de enfermedad cardiovascular, en comparación con una mujer no fumadora de 45 años con colesterol y presión arterial ligeramente elevados y sin otros factores de riesgo. Si un médico evaluara su riesgo de morir en los próximos diez años, el riesgo estimado para el hombre podría ser del 38 %, por ejemplo, mientras que el riesgo de la mujer podría ser solo del 1,4 %.

Ahora considere el impacto de tomar estatinas para ambos. Según el estudio, las estatinas reducirían el riesgo relativo de morir en un 9%. En términos absolutos, el hombre reduciría su riesgo del 38% al 34,6%, y la mujer del 1,4% al 1,3%.

Los pacientes y sus médicos deben considerar si creen que estas reducciones de riesgo valen la pena en una compensación entre posibles beneficios y daños, incluido el inconveniente de tomar un medicamento diario, posiblemente de por vida. Esto es particularmente importante para las personas de bajo riesgo para quienes los beneficios son marginales. Sin embargo, las personas perciben el riesgo de manera diferente en función de su propia experiencia y preferencias, y lo que podría parecer un «buen negocio» para algunos puede parecer de poco valor para otros.

Nuestro estudio destaca que los pacientes y los médicos necesitan apoyo para tomar decisiones sobre los tratamientos utilizando la evidencia de todos los estudios disponibles y presentados en un formato que les ayude a comprender los beneficios potenciales. Tanto los pacientes como sus médicos deben comprender el verdadero impacto de los medicamentos para poder tomar decisiones informadas. Confiar en el riesgo relativo, que es numéricamente más impresionante, en lugar del absoluto, puede llevar tanto a los médicos como a los pacientes a sobrestimar los beneficios de las intervenciones.

Por ejemplo, un estudio encontró que los médicos calificaron un tratamiento como más efectivo y tenían más probabilidades de recetarlo cuando los beneficios se presentaban como reducciones de riesgo relativas en lugar de absolutas. Otra encuesta encontró que la mayoría de los encuestados aceptaría someterse a pruebas de detección de cáncer si se les presentaran reducciones relativas del riesgo, mientras que poco más de la mitad lo haría si se les presentaran reducciones absolutas del riesgo.

Si le han recetado estatinas, no deje de tomar su medicamento sin antes consultar a su médico. Su perfil de riesgo podría significar que podrían beneficiarlo. Pero si desea volver a evaluar la posibilidad de tomar este medicamento, pídale a su médico que le explique su reducción absoluta del riesgo y luego tome una decisión conjunta