Richard Smith, publicado el 12 de septiembre de 2022 en el BMJ 2022;378:o2214.
Debo comenzar con una confesión. Cuando me convertí en presidente de la Alianza de Salud sobre el Cambio Climático del Reino Unido (UKHACC), aprendí que gran parte del trabajo de la Alianza se ocupaba de los efectos nocivos de la contaminación del aire. Al mismo tiempo, me di cuenta de que, a pesar de haber sido editor del BMJ durante 25 años y haber trabajado en enfermedades no transmisibles durante ocho años, sabía muy poco sobre la contaminación del aire. Escribí un blog sobre el “despertar” a la contaminación del aire, y hoy he leído que la “la contaminación del aire es un cancerigeno probado”. 1 2 Mi fracaso, ahora lo reconozco, es un fracaso más amplio de la medicina. ¿Por qué hemos necesitado ser “despertados”?
Decenas de miles de consultas que se realizan todos los días con pacientes con problemas respiratorios. A cada uno de esos pacientes se les preguntará sobre el tabaquismo, pero a pocos se les preguntará sobre la contaminación del aire. El fracaso tiene, en mi hipótesis, dos causas: los médicos no saben tanto sobre la contaminación del aire como sobre los daños de fumar; y piensan que la gente no puede hacer nada con respecto a la contaminación del aire, o el aire que respiran. Pero ambas causas son subsanables.
Sabemos desde hace mucho tiempo que la contaminación del aire causa cáncer de pulmón, incluso en aquellos que nunca han fumado, pero hoy disponemos de la evidencia de que los PM2.5, partículas finas que se encuentran en el aire contaminado, causan y activan mutaciones en las células que pueden conducir al cáncer. Este mecanismo puede ser importante en otros cánceres con carcinógenos distintos a los de la contaminación del aire. Los hallazgos fueron presentados recientemente en París en la conferencia de la Sociedad Europea de Oncología Médica.
El nuevo hallazgo es «una llamada de atención sobre el impacto de la contaminación en la salud humana», dijo Charles Swanton, profesor del Instituto Francis Crick de Londres y uno de los autores del hallazgo. Swanton continuó sugiriendo lo que ha mantenido a los médicos dormidos sobre la contaminación del aire: «La contaminación del aire está asociada con el cáncer de pulmón, pero la gente la ha ignorado en gran medida porque los mecanismos detrás de ella no estaban claros», aunque la medicina está llena de enfermedades y tratamientos donde no conocemos el mecanismo, pero no los ignoramos..
El periodista de la BBC que informa sobre esta noticia, dice los siguiente: “La idea de tomar una pastilla para bloquear el cáncer si vives en un área muy contaminada no es del todo fantasiosa”. La píldora tardará muchos años (y es posible que nunca aparezca), pero comenzar a tratar con medicamnetos a las personas en vez de reducir los niveles actualmente letales de contaminación del aire que afectan a la mayoría de la población mundial parece ser una respuesta completamente equivocada. Revertir la contaminación del aire debería ser más fácil que revertir siglos de “desarrollo” (una palabra que no puedo usar cómodamente).
Swanton, dijo: “No se puede ignorar la salud climática. Si desea abordar la salud humana, primero debe abordar la salud climática”. Desafortunadamente, no hemos seguido su consejo, pero tiene razón. En Occidente partimos de la salud del individuo, sin reconocer, como sabían los aborígenes australianos, que la salud de la tierra y la de las personas son indivisibles. Los aborígenes australianos deben haber inspirado la ambición australiana de «planeta saludable, lugares saludables, personas saludables». Los australianos pueden haberlo ignorado, pero no se puede tener gente sana en un planeta enfermo. La salud trata tanto del planeta, los lugares, las comunidades y las relaciones como del estado de nuestros órganos internos.
Permítanme volver a por qué la medicina ha descuidado la importancia del aire limpio cuando hace mucho tiempo reconocimos la importancia del agua limpia. Una razón podría ser científica. Richard Doll me dijo que al buscar la causa de la epidemia de cáncer de pulmón, él y sus colegas primero sospecharon que era la contaminación del aire. Si hubieran hecho un estudio de control de casos más grande y hubieran observado más a aquellos que habían desarrollado cáncer cuando no fumaban, podrían haber detectado la importancia de la contaminación del aire. Entonces podría haber ocupado un lugar junto al tabaco.
Probablemente reconocimos la importancia del agua limpia porque el agua contaminada podría tener efectos inmediatos, dramáticos y letales. El aire contaminado tarda más en causar daño, y los seres humanos parecen estar programados para concentrarse en el corto plazo en lugar del largo plazo. Quizás también el descrédito de la teoría de los miasmas del cólera desvió la atención de la importancia del aire limpio.
La invisibilidad habitual de la contaminación del aire actual contribuye a que no le demos la atención desde la medicina que se merece, aunque también por la poca culturamédica y por el sentimiento de que no hay nada que los médicos puedan hacer con respecto a la contaminación del aire.
Pro hay cosas que los médicos pueden hacer: reconocer la importancia del aire contaminado, reducir la contaminación interna en el hogar, acceder a información sobre la contaminación del aire local, cambiar las rutas de viaje, evitar los días especialmente tóxicos y contribuyendo a la acción política a nivel local, nacional y global. ¿Por qué no aconsejar a los pacientes que escriban a sus parlamentarios y al consejo local llamando a la acción? Los médicos tienen que reconocer y actuar sobre los determinantes más amplios de la salud.
Rosamund Kissi-Debrah, cuya hija Ella fue la primera persona en el mundo en donde en si certificado de defnción consta la contaminación del aire escrita en su certificado de defunción a pesar de que la contaminación del aire mata a unos siete millones de personas al año en todo el mundo, es una activista contra la contaminación del aire: «Se puede inyectar todo el dinero que se quiera en el NHS, pero a menos que mejore el aire, más y más personas enfermarán… la contaminación del aire causa nueve millones de muertes prematuras, pero nadie se hace responsable”.
Necesitamos un gran esfuerzo educativo con el público, los profesionales de la salud y los políticos. La atención a la contaminación del aire ha aumentado drásticamente en los últimos años, pero aún no es una prioridad para la mayoría de los políticos (aunque sí lo es para Sadiq Khan, alcalde de Londres). Como escuché recientemente a Chris Whitty, director médico de Inglaterra, decir que los políticos en su mayoría siguen al público en lugar de viceversa, así que piense en lo que puede hacer hoy para educarse a sí mismo y a otros sobre la contaminación del aire