ElCOMERCIO. GIJÓN.Lunes, 14 octubre 2019, 01:46
Asturias no logra contener el gasto sanitario en medicinas y se mantiene entre las comunidades que más gastan en fármacos recetados por médicos del sistema público de salud. Con 249,9 euros por habitante, el Principado es la tercera comunidad autónoma más gastiza. Solo la superan los extremeños y valencianos, con 276,5 euros y 258,9 euros por persona respectivamente. A este lado de la Meseta, desembolsamos 58 euros más que los madrileños y 30 más que la media nacional. En el extremo de la tabla está Melilla, con 174,3 euros por habitante. La diferencia entre valencianos y melillenses asciende a 102 euros. El rango de variación es del 54%. El caso es que la factura farmacéutica crece por encima del Producto Interior Bruto (PIB) y amenaza con comprometer la sostenibilidad financiera de la sanidad pública. Incluso pese a los cambios introducidos en el sistema de copago, cuando en 2012 el Gobierno, entonces encabezado por Rajoy, retiró la gratuidad de la que hasta entonces disfrutaban los pensionistas de todo tipo de rentas. Así lo advierte un estudio elaborado por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que analiza la evolución del gasto público en medicamentos dispensados con receta médica, que en Asturias asciende a casi 300 millones de euros al año.
Lo más preocupante del caso, según los autores de un pormenorizado trabajo de 211 páginas, es que «la variabilidad regional en el gasto de farmacia per cápita es mucho más elevada que la variabilidad del estado de salud de la población, medido tanto a través de indicadores de salud percibida de la población como a partir de otros parámetros del sistema nacional de salud». Es decir, que los que más gastan en medicinas, como es el caso de Asturias, no son precisamente «los que se encuentran en las mejores posiciones en los indicadores sanitarios de salud». Un ejemplo es que el Principado y Valencia, dos de las tres comunidades que lideran el gasto per cápita en farmacia en España, tienen una de las esperanzas de vida más bajas (82,6 años), al situarse cuartas por la cola. También suspenden en años de buena salud en el ámbito de mayores de 65 años.
La Airef señala, por su parte, que de 2004 a 2017, el gasto ambulatorio per cápita en España se redujo en un 2%. Sin embargo, el Principado no logró sumarse a esa contención, con un aumento en su factura del 0,4%. Hubo comunidades en las que el crecimiento fue notorio, un 8,2% en Cantabria y un 7,6% en Madrid, pero cuando se compara en gasto por habitante es donde el Principado vuelve a situarse en los puestos de cabeza.
¿Mala gestión?
Tradicionalmente se vinculó el elevado desembolso público en medicinas a la elevada tasa de envejecimiento. De hecho, según el informe de la Airef, el 73% del gasto farmacéutico por recetas tiene su origen en prescripciones a pensionistas, cuya contribución al copago es del 10% del precio del medicamento, con límites de aportación mensual de 8 euros para rentas de menos de 18.000 euros anuales o 18 euros para rentas por encima de los 100.000 euros. Otro 9,8% de las prescripciones corresponden a personas exentas de aportar, mientras que el 12,6% a trabajadores en activos con un copago del 40%. Menos del 5% del total de recetas que prescriben los médicos son de pacientes que pagan más del 50% del fármaco. Según la Airef el envejecimiento tiene su peso en la factura farmacéutica, pero tampoco es el determinante.
En este sentido, señala que las comunidades con menor gasto farmacéutico por persona son aquellas que han aplicado políticas activas promocionando el uso de genéricos así como la prescripción por principios activos. Recientemente, la Sindicatura de Cuentas emitió un duro informe sobre la política de adquisición de fármacos por parte de los hospitales del Servicio Público de Salud del Principado (Sespa), advirtiendo sobre la ilegalidad en los sistemas de compra.