El decreto de esperas de Asturias deja fuera a los pacientes con demoras acumuladas
Las reclamaciones no se podrán presentar hasta enero. «Es una tomadura de pelo a los ciudadanos», protestan algunos afectados. LAURA MAYORDOMO.EL COMERCIO
Jorge Álvarez Barrio, ovetense de 53 años, lleva desde marzo de 2016 aguardando una llamada del Servicio de Salud del Principado (Sespa) para entrar en quirófano. Está pendiente de una operación para que le implanten una prótesis de cadera. La segunda, porque hace unos años ya fue intervenido de la otra. En octubre de 2016 le llamaron y le plantearon derivarlo al Hospital de Cruz Roja, en Gijón. Pero, siguiendo las instrucciones de su traumatólogo en el HUCA, «que me había dicho que quería operarme él», lo rechazó. Desde entonces, sigue esperando. Ha presentado tres escritos preguntando por su situación, pero ninguno ha tenido respuesta. Ayer, el segundo día de vigencia del decreto sobre garantía de tiempo máximo de acceso a las prestaciones sanitarias, acudió al Sespa respaldado por miembros de la plataforma Stop Listas de Esperapara presentar una nueva reclamación.
Aunque la norma aprobada por el Principado no le es de aplicación –Sanidad solo garantiza las esperas máximas de seis meses para determinadas intervenciones y de dos meses para una primera cita o una prueba diagnóstica para aquellas personas que fueran citadas a partir del pasado jueves, 8 de noviembre, cuando entró en vigor el decreto-, él sigue demandando «una solución».
Como Jorge Álvarez, su cuñado, también Jorge -Estrada, de 58 años- también está pendiente de una prótesis de cadera desde abril de 2016, aunque «él está bastante más fastidiado que yo». Se ayuda de un bastón para caminar y, desde hace dos años y medio, sobrelleva los dolores «a base de opiáceos». Él también rechazó ser derivado a Cruz Roja. Por ese motivo, «me sacaron de la lista de espera y pusieron un punto rojo en mi historial», cuenta este ovetense que, tras la cadera, debería volver a quirófano por una prótesis de rodilla.
Ambos son escépticos con el nuevo decreto. «Van a seguir haciendo lo mismo, pero, ahora, escudándose en la ley», cree Álvarez Barrio. «No servirá de nada», refrenda Jorge Estrada. Llegado el tiempo máximo de espera contemplado en el decreto, «te ofrecerán ir a un hospital concertado o a uno público a kilómetros de tu casa para que te niegues y así, puedan sacarte de la lista de espera. Es una tomadura de pelo a los ciudadanos», añade Estrada que, como Alfonso Jiménez, de la plataforma, se pregunta «qué van a hacer con las más de 16.000 personas que estaban en lista de espera antes de la entrada en vigor del decreto. ¿Van a quedar relegados?».
8 meses por unas cataratas
Si el citado decreto hubiera estado vigente ya en septiembre -último mes del que se tienen datos de lista de espera estructural-, las únicas intervenciones quirúrgicas que cumplirían con los tiempos máximos fijados serían las de cirugía cardiaca (tanto la coronaria como la valvular) y las histerectomías. Porque, ese mes, había 83 personas que llevaban esperando más de medio año por una operación de cataratas -el que más, ocho meses-, nueve por una prótesis de cadera y dieciséis por una prótesis de rodilla. En cuanto a las primeras consultas, no se cumplían los dos meses establecidos ahora como límite máximo de espera en las especialidades de Oftalmología, Traumatología y Urología. También se incumplían en las colonoscopias, ecografías, TAC y resonancias magnéticas.
A partir de enero de 2019 -o de mayo, si el motivo de la espera es una intervención quirúrgica- los usuarios que vean que se cumple el plazo y no hayan pasado por consulta ni hayan sido sometidos a una prueba diagnóstica en su hospital o centro de referencia, podrán presentar la correspondiente reclamación en la Oficina de Atención al Paciente para que el Sespa les dé una solución. La alternativa será derivarlos a cualquier otro hospital de la red pública o alguno de los cuatro con los que mantiene un concierto.