Paradojas de la pandemia covid-19
Por insólito que resulte, estamos asistiendo a como un problema de salud se ha convertido en la máxima prioridad mundial, prevaleciendo sobre los mercados y la economía. No hay precedentes, porque en nuestra sociedad siempre ha ocurrido lo contrario: la salud se ha subordinado al denominado crecimiento económico, es decir, al desarrollo del capitalismo, y de ello hay múltiples ejemplos. Pero, a fecha de hoy, no cabe ninguna duda de que las medidas de salud pública han paralizado la actividad productiva y comercial.
La paradoja se tiene que explicar por la concurrencia de distintos hechos vinculados al coronavirus: el temor a un más que probable colapso de los servicios sanitarios por la alta capacidad de transmisión del covid-19; las incertidumbres y la indefensión farmacológica ante la pandemia; la experiencia exitosa de gestión en China; y el añadido del “gran hermano” en forma de miedo viralizado (virus + desconfianza) alentado desde diferentes frentes.
No terminan aquí las paradojas, la crisis del covid-19 dejará huella porque la linea de defensa se aleja del individualismo y pone en valor lo que nos une y no lo que nos separa, un (sobre)vivir juntos y una experiencia sociológica colectiva en la que “la vacuna somos todos”. La pandemia de coronavirus nos dice que el objetivo, no es el que nos enseña el dogma neoliberal, sino que desde la responsabilidad individual es necesariamente comunitario.
En la atención médica, la pandemia desvela la trascendencia de la sanidad pública y universal, y cómo no se puede confiar en el sector médico privado ante una crisis grave de salud colectiva. También ha puesto en evidencia el imprescindible protagonismo de la epidemiología y los servicios de salud pública, habitualmente en situación de marginación. Es decir, si queremos superar esta epidemia y estar preparados para la siguiente (y habrá una próxima epidemia) es necesario reorientar la atención sanitaria hacia la salud pública y reforzar los sistemas sanitarios de acceso universal para que generen “valor público”. Así mismo, es preciso cambiar el actual modelo comercial de la investigación biomédica, basado en el beneficio de los accionistas , los medicamentos “rentables” y la medicalización, para su reorientación hacia las necesidades reales de salud.
El Covid-19 dejará huella porque está impactando de forma considerable en los sistemas sanitarios, pero más aún, si cabe, en las economías globales. Las principales bolsas mundiales registran pérdidas que en algunos casos superan al ‘crash’ de 2008. Entonces, la burbuja de las subprime fue el impulso para una crisis global sin precedentes. Hoy el Covid-19 parece que será,el que impulse la próxima crisis global, con el riesgo, una vez más, efecto, de poner en primer término la debilidad y las insuficiencias de la infraestructura social, que debería de ser con urgencia la máxima prioridad de los gobiernos.
El terremoto de daños que esta causando el coronavirus, replica y agudiza los problemas sistémicos de nuestro modelo de sociedad, basado en las desigualdades sociales y la deforestación, urbanización e industrialización desenfrenada. Si queremos reducir estos daños, ahora y en el futuro, debemos aclarar nuestras prioridades: investigar en aquello que genere valor público, apostar por la atención médica universal, invertir en salud pública y construir una verdadera red de seguridad y justicia social.
Plataforma por la Salud y la Sanidad Pública de Asturias