El nivel de satisfacción de los españoles con el sistema sanitario público ha caído de manera notable a lo largo de este año 2022. Aunque su funcionamiento aún recibe una visión general positiva (50,5%), el 48,7% de los ciudadanos cree hoy que necesita «cambios fundamentales» (31,9%) o que directamente «funciona mal y necesita cambios profundos» (16,8%), un porcentaje de descontentos sensiblemente mayor que el que había a principios de año, cuando esta visión crítica la compartía el 36,3%, 12 puntos menos que ahora.
Son los resultados de la tercera oleada del Barómetro Sanitario 2022 (ver en pdf), que el Ministerio de Sanidad elabora en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), y que no manifiestan mejorías relevantes en lo que va de año, superado lo peor de la pandemia de COVID-19 (solo un 8,3% de quienes fueron a la consulta de su médico de familia en el último año lo hicieron por un problema relacionado con el coronavirus).
Más de ocho días para ser atendidos por el médico de cabecera
Los españoles esperan una media de 8,54 días para ser atendidos por un médico de cabecera o de familia en Atención Primaria. Esto -que supone una pequeña mejora respecto a marzo y junio, cuando se registraban 9,01 días y 8,88- es un dato que duplica el de hace cinco años, lo que evidencia el empeoramiento de estos servicios médicos en el último lustro.
A día de hoy, uno de cada tres ciudadanos (35,3%) que no puede ser atendido en el mismo día en que pide la cita recibe la cita para más de siete días después. En concreto, el 23,3% de los españoles que en los últimos doce meses pidió una cita con su médico de familia en la sanidad pública tuvo que esperar «once días o más» hasta que le atendieron. El 12 % resolvió la cita médica en ocho o diez días y el 18,7% en una semana, lo que muestra unas cifras muy similares a las de la anterior oleada de este estudio.
El barómetro sanitario es una encuesta de periodicidad anual que realiza unas 7.800 entrevistas domiciliarias a personas de 18 y más años, en todas las provincias españolas. Este estudio en concreto, la tercera oleada desde que se inició este año, tras las de marzo y junio, se realizó mediante 2.600 entrevistas telefónicas entre el 14 y el 18 de noviembre, en un mes en el que se han producido manifestaciones en varias comunidades en protesta por la situación de la atención primaria, cuya gestión depende de los gobiernos autonómicos.
De hecho, el trabajo de campo de este barómetro se inició al día siguiente de una multitudinaria manifestación en Madrid en defensa de la sanidad pública, en la que al menos 200.000 personas mostraron su rechazo al plan de urgencias extrahospitalarias de la presidenta, Isabel Díaz Ayuso. El margen de error de la muestra de esta oleada es del ±2,0%.
Un 16% necesitó consulta y no pudo obtenerla
Durante los últimos 12 meses, un 15,8% de los ciudadanos afirma que necesitó acudir al médico de familia en la sanidad pública por un problema de salud (ya fuese por síntomas o por una enfermedad previamente diagnosticada) y no pudo hacerlo. Casi la mitad de ellos, el 47,5% fue porque «le dieron cita para muchos días después y ya no lo necesitó», mientras que un 27,3% se quedó sin consulta porque «no consiguió contactar con el centro médico», un porcentaje inferior que el del 37,4% de usuarios que no pudieron contactar con su centro, según la encuesta realizada en marzo de este año.
Es sabido que muchas de las personas que no logran ser atendidos en su centro de salud acuden a los servicios de urgencias de la sanidad pública en busca de respuesta a sus problemas de salud. El 34,1% de los españoles ha acudido a un servicio de urgencias de la sanidad pública en los últimos 12 meses, frente al 30,4% de junio. La cifra también se incrementa en las privadas: 6% en noviembre frente a 5,4 %.
Pese a ello, la inmensa mayoría de los españoles (ocho de cada diez) está satisfecho con la atención recibida por parte de su médico de familia. Para el 47,9% fue «buena» y para el 32% fue «muy buena», porcentajes similares a los de marzo (50% y 30,4%, respectivamente).
Esperas de más de tres meses para el especialista para casi el 40% de pacientes
La encuesta del CIS también pregunta cuánto tiempo pasó desde la consulta del médico de Atención Primaria hasta la cita con el especialista. Este dato va a peor con respecto a junio: el 37,9% de los españoles ha esperado más de tres meses, el 36,8% entre uno y tres y solo el 23,8% tardó menos de un mes. En los casos de las esperas de mayor duración, la estadística es ahora peor que hace cinco meses.
Además, la mayoría de los ciudadanos tiene la percepción de que durante el último año el problema de las listas de espera ha empeorado. Así lo cree el 44% de los españoles, frente al 40,4% de junio. Solo el 8,3% cree que ha mejorado (12% en junio).
La encuesta también ha abordado cuánto tiempo pasó desde que el especialista le dijo al paciente que debía ingresar hasta que efectivamente ingresó. Lo más habitual es menos de un mes, con un 37,4% de las ocasiones, algo más que en junio (36%). En general, en lo que va de año, la premura entre la necesidad de un ingreso y la realización de esto se ha perdido y las esperas de tres meses o más para ingresar en un hospital se están haciendo más comunes. Si en marzo de 2022, el 52% de los ingresos hospitalarios prescritos por un especialista tenían lugar en menos de un mes, ahora ese porcentaje no llega al 40%.
Como dato positivo, baja el porcentaje de españoles que espera de uno a tres meses (25,4% en noviembre frente a 34,1% en junio). Pero aumenta el de aquellos que están más de tres a seis meses de espera: 18% ahora en comparación con el 8,2% en junio y el 4,6% en marzo. Por último, las cifras son similares en los que esperan más de seis meses: 18% en noviembre, 20,7% en junio y 12,2% en marzo.
Se retoma poco a poco la presencialidad
Por otra parte, según las respuestas dadas por los ciudadanos, se va retomando la presencialidad en la atención primaria. El 23,5% fue atendido por teléfono la última vez que tuvo una consulta en la sanidad pública, por el 39,8% que en marzo decía que fue atendido por esta vía en sus consultas de los 12 meses anteriores. En el mismo sentido, el 75% fue recibido presencialmente por su médico de familia, en comparación con el 67,1% del mes de junio.
La atención telefónica dejó «poco» o «nada» satisfecho al 28,2% de los usuarios, por el 26,3% de los insatisfechos en alguna medida en la oleada de la encuesta en marzo. En general, los ciudadanos creen que la consulta telefónica es «más cómoda para el médico» (el 63,7% está «de acuerdo» o «muy de acuerdo» con esta afirmación) de lo que lo resulta para ellos (46,8%), y creen mayoritariamente que no pueden «explicarse igual de bien que en una consulta cara a cara».
Respecto a este tipo de atención, el 62,6% cree que las consultas podrían hacerse en ocasiones por teléfono y en otros casos, de forma presencial, mientras que para el 35% todas las consultas médicas deberían ser presenciales y solo un 1,8% considera que «la mayor parte de las consultas las podría hacer por teléfono».
Crece el rechazo a la videoconsulta
Sin embargo, tras la polémica en la Comunidad de Madrid por el plan de la presidenta Díaz Ayuso de atender urgencias por videoconsulta, ha crecido el rechazo a esta vía de atención médica.
Preguntados por la posibilidad de recibir la atención médica por parte del centro de salud mediante una videoconsulta, el 43% de los encuestados afirma que no la utilizaría, casi tantos como los que sí la usarían (44,5%), cuando en junio el porcentaje de quienes rechazaban la consulta por videollamada era el 31,5% y el 54,1% afirmaba que sí la utilizaría.
El 112 y la atención hospitalaria, los servicios sanitarios más valorados
Entre los diversos servicios sanitarios, los españoles sitúan a las urgencias del 061/112 y la asistencia a pacientes ingresados en hospitales públicos, con 7,28 y 7,08 sobre diez, respectivamente, como los servicios mejor valorados. Ambas han bajado ligeramente su valoración respecto a los meses anteriores.
En el caso de las consultas de Atención Primaria, la nota media es de 6,11, unas dos décimas menos que en las anteriores encuestas. Esta situación se reproduce en las urgencias de Atención Primaria, donde la nota ya se sitúa en el 6,09, en comparación con el 6,36 de junio y el 6,4 de marzo.
También continúa a la baja la valoración de las consultas de atención especializada, situándose en 5,90 puntos (6,14 en junio y 6,27 en marzo), así como la de urgencias de hospitales públicos (6,01 puntos frente a 6,21 en junio y 6,48 en marzo).