El largo asedio al NHS

Durante más de un cuarto de siglo, el Servicio Nacional de Salud ha estado asediado por un lento desgaste Los gestores políticos y técnicos de la salud pública se han adherido acríticamente al pensamiento neoliberal dominante que consideraba el sistema insostenible, ineficiente, obsoleto y han preferido depender cada vez más del sector privado en lugar de trabajar seriamente por el sistema público. Es hora de decir basta.

Lo habíamos llamado un asalto al universalismo, pero ahora está claro que fue un asedio ; y tal vez ahora sea una invasión . Los lectores perdonarán el lenguaje bélico, pero da una buena idea.

Durante más de un cuarto de siglo, el Servicio Nacional de Salud (NHS) ha estado bajo ataque . No se trata de una acción repentina, violenta y manifiesta (características de un asalto), sino de un lento trabajo de desgaste

El NHS  sufrió algo parecido a un largo asedio . salud. Las fuerzas asediadoras, portadoras de los intereses privados del sector, siempre han mirado al NHS como un obstáculo al desarrollo del mercado de servicios sanitarios y del mercado de coberturas aseguradoras, indiferentes a los efectos en términos de equidad del empobrecimiento de la sanidad pública.

Al mismo tiempo, los gestores políticos y técnicos de la salud pública se han adherido acríticamente al pensamiento neoliberal dominante que consideraba el sistema insostenible, ineficiente, obsoleto y han preferido depender cada vez más del sector privado en lugar de trabajar para calificar seriamente el sistema público. Un error muy grave.

Y así, con la complicidad de los medios de comunicación (que denunciaron las malas prácticas médicas olvidando los muchos buenos servicios sanitarios), se difundió un pensamiento único que combinaba las ambiciones del sector privado y la desconexión del público, y preparaba los espacios para el crecimiento del mercado con fines de lucro ( a través de fondos complementarios, el súper billete, falta de control de los tiempos de espera, etc.).Fue determinante el límite de 2011 al gasto en personal, que obligó incluso a los tomadores de decisiones más atentos a subcontratar servicios.

Con la pandemia, los operadores del NHS (los asediados) se encontraron sin suministros (de camas, servicios locales, aparatos,…) y trataron de compensarlo con su compromiso. Durante la pandemia, el NHS se fortaleció, pero con medidas de emergencia y no estructurales. Hoy en día, la situación es particularmente preocupante no sólo porque demasiadas personas luchan por acceder a los servicios, sino sobre todo porque todos los temas que pensábamos que habían sido arrasados ​​por la pandemia están regresando, uno por uno: sin que la salud sea una prioridad, por lo que  detener el declive del NHS parece casi imposible.  Una primera medida es que nuevas medidas de austeridad deberían declararse inaceptables.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.