Lideres de opinón y corrupción farmacéutica

Nogracias.org

  • Roberto José Sánchez Sánchez. Presidente de NoGracias. Médico de familia. Graduado en Ciencia Política y de la Administración.

Síntesis. Es intolerable que el sistema sanitario público se vea sometido a la presión que suponen miles de médicos que aceptan “transferencias de valor” de las industrias farmacéuticas, una cuestión que sería vista como corrupción en el resto de la Administración.

En el campo de las enfermedades infecciosas, resulta incomprensible que el Ministerio de Sanidad asista impasible al “riego” de dinero de empresas farmacéuticas del campo de las vacunas pues, además de sobreprecios e irracionalidad en su uso, se provoca el descrédito de las mismas.

Es hora de que se tomen medidas para atajar un problema que conlleva daño a la población y al sistema sanitario público.

“Transferencias de valor”. Las industrias farmacéuticas abonan cantidades millonarias a los médicos y a sus sociedades científicas en forma de “transferencias de valor”, pagos por todo tipo de cosas, desde comidas, alojamientos y viajes a remuneración por informes y charlas.

Tales cantidades no se pagan al azar sino a médicos y sociedades científicas que pueden rentabilizar los medicamentos que producen las industrias farmacéuticas, de forma que son inversiones para promover el consumo de algunos medicamentos concretos.

Medicamentos que compra el sistema sanitario público con fondos generados por los impuestos. Medicamentos en muchos casos innecesarios y de precio abusivo y, por ello, para que se compren, se precisan las “transferencias de valor” que sesgan las recomendaciones de los médicos a pacientes y a la Administración. Estas compras a precios abusivos es una especie de extorsión, con daños en España y en el mundo entero (millones de personas mueren por no poder pagar los medicamentos).

Lo que las multinacionales farmacéuticas llaman transferencias de valor es, sin serlo legalmente, lo más parecido a lo que para los funcionarios sería corrupción, cohecho; pero se obra el milagro y tal corrupción se convierte en “valor”. Son cantidades más que apreciables, un total de 104 millones de euros en 2022 a casi 92.000 médicos del sector público.

Las industrias tienen sus “cuadras” de médicos influyentes en quienes concentran las “transferencias de valor”. Hubo 2.789 profesionales sanitarios líderes de opinión que recibieron pagos superiores a 5.000 euros de alguna de estas industrias. Dichos pagos se centran todavía más en los líderes clave y, así, en España, en 2022, las “transferencias de valor” fueron de 25 millones de euros a 855 médicos (líderes de opinión, “key opinion leaders” KOL) que recibieron cada uno más de 15.000 euros (son KOL15.000).

Estos líderes tienen capacidad de influir a otros colegas, a la Administración y a la población (como “expertos” en los medios de comunicación) y participan como ponentes y moderadores en congresos, reuniones, comidas de trabajo, elaboración de guías y protocolos clínicos, establecimiento de definiciones y estándares, etc. Las “transferencias de valor” pagan esa capacidad de influencia que se traduce al final en ventas.

Si el salario medio del médico en el sistema sanitario público es de unos 3.200 euros al mes, estas cantidades de las transferencias de valor, ¿no son corrupción? No, nos dicen.

Entre los líderes de opinión hay quienes recibieron más de 50.000 euros al año, en 2022. Son los 71 médicos españoles que podemos denominar líderes de opinión KOL Diamante.

De esos líderes de opinión KOL Diamante, hay 9 que recibieron por encima de los 100.000 euros: son las joyas de la corona de las “transferencias de valor” (son los reyes de las cuadras de las industrias), que reciben un pago medio de 147.614 euros

¿Cuánto recibieron en 2022 los líderes de opinión en el campo de las vacunas?. En España hemos seguido con interés las “transferencias de valor”, la corrupción, respecto a las vacunas pues las vacunas son medicamentos complejos que generalmente se emplean en personas sanas y conviene la máxima independencia, ética y ciencia en su selección y aplicación

Destaca Federico Martinón, líder de opinión KOL Diamante, el rey de la cuadra de vacunas de las industrias, el gallego de vacunas nuevas y Nirsevimab, Beyfortus® (bronquiolitis) que recibió en 2022 un total de casi 150.000 euros de las farmacéuticas (algo así como 40 meses de paga extra)

Respecto a vacunas se necesita un uso racional preciso, una farmacovigilancia constante y un sistema específico de compensación de daños, cuestiones secundarias para los líderes de opinión KOL cuyo trabajo al servicio de las industrias farmacéuticas es el del incremento de ventas con el consiguiente aumento del dividendo para los accionistas de las mismas.

Los líderes de opinión KOL son “médicos con dos cabezas”, y dado el presupuesto de la “cabeza industrial” es fácil deducir su constante trabajo de promoción de los medicamentos que interesan a las industrias pagadoras. Sirvan de ejemplo las “transferencias de valor”, los pagos, a los miembros del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría, y algunos “próceres en este campo” durante un solo ejercicio, el de 2022.

Y se añade: Javier Díaz Domingo 58.212; Asociación Española de Pediatría 717.414; Asociación Española de Vacunología 156.064 ; Fundación Instituto Hispalense de Pediatría 37.510; Asociación Instituto Balmis de Vacunas 93.430. Fuente de datos: Farmaindustria.

Delito de cohecho. Delito contra la Administración pública que presenta en su regulación en el Código Penal diversas variantes o tipificaciones: lo comete el funcionario público que en provecho propio solicitare, por sí o por persona interpuesta, dádiva, favor o retribución de cualquier clase o aceptare ofrecimiento o promesa para realizar en el ejercicio de su cargo un acto contrario a los deberes inherentes al mismo o para no realizar o retrasar injustificadamente el que debiera practicar.

Igualmente el que aceptare, por los mismos procedimientos, dádiva, favor o retribución de cualquier clase o aceptare ofrecimiento o promesa para realizar un acto propio de su cargo. Asimismo comete el delito quien por los mismos procedimientos acepta estas ventajas económicas simplemente porque le hayan sido ofrecidas en consideración a su cargo o función.

Y, cumpliéndose los mismos requisitos, el que acepta dádivas, favores o retribuciones como recompensa. Inclusive las conductas propias reseñadas en cualquiera de los supuestos anteriores

CODA. Conviene recordar la Ley de Beneficios Inversos de Medicamentos: “Cuantos menos beneficios (y más daños) tenga un medicamento más gasto en publicidad (y en compra de médicos y de sus sociedades “científicas), lo que va contra la seguridad del paciente y la salud pública”

Repensar el consentimiento informado

El consentimiento informado se ha convertido en la herramienta para promover no una buena medicina, sino una medicina «segura». Un muro de desconfianza, entre quienes brindan atención y quienes la reciben.

¿Era éste el objetivo de quienes promovían el consentimiento informado? Porque la idea inicial ersa desprenderse del paternalismo hipocrático: No debe de ser el médico quien, en ciencia y conciencia, decide por el bien del paciente. La información y el consentimiento son considerados como los dos pilares sobre los que se asienta la “buena medicina” de hoy, bajo el signo de la bioética. Pero la deriva del consentimiento informado nos llevó a otra parte . El consentimiento informado se ha convertido en la herramienta para promover no una buena medicina, sino una medicina «segura». Un muro de desconfianza, entre quienes brindan atención y quienes la reciben.

Hoy en día, los historiales médicos están llenos de decenas y decenas de formularios que informan de todo tipo de riesgos posibles. Se trata, en última instancia, de eviitar todo tipo de litigios y defender las actuaciones dde los médicos ante posibles demandaas indiscriminadas” (1).

¿Qué hacer ante la situación acctual?

Podemos señalar al menos dos caminos y que no haya vuelta atrás al paternalismo del pasado ni tampoco el traspasarr la responsabilidad de las decisiones médicas sobre las espaldas de los pacientes…

Ciertamente es más fácil identificar los caminos a no-seguir, en todo caso, el empoderamiento debe entenderse como un proceso, que ha de ser relacional y no como un acto aislado.

En las relaciones entre quienes cuidan y quienes reciben cuidado, es necesario retomar una práctica verbal que se ha ido abandonando. Nos referimos a esa forma verbal que tenía la lengua griega y que luego se perdió en las lenguas siguientes: el número dual: Ni “yo”, ni “nosotros”. sino “nosotros dos”  (2), una decisión ue surge de un nuevo sujeto , formado por dos socios. que han encontrado un entendimiento, hasta el punto de convertirse en un sujeto nuevo, diferente de los dos que eran antes de construir la relación .

  • Piero Bagnoli: Crimen de cuidado , Sperling y Kupfer, 2016.
  • Andrea Marcolongo: El lenguaje brillante , Laterza 2016.

¿Quién financia a la OMS?

La Fundación Gates toma decisiones que son claves en la salud global y uno se pregunta si la «gobernanza» de la salud global debería entregarse a un organismo privado que, por razones no necesariamente maliciosas, tiene el poder de decidir cuáles son las emergencias sanitarias o las enfermedades que merecen una mayor inversión.

Kelley Lee, profesora de salud pública en la Universidad Simon Fraser y autora de un libro sobre la OMS (1), afirmó que la agencia sufre “una falta crónica de recursos que obstaculiza su capacidad para cumplir con éxito su mandato original”. En la década de 1990, los 194 estados miembros decidieron congelar sus contribuciones y, por lo tanto, el presupuesto bienal de la OMS se volvió cada vez más reducido con el tiempo. Según Lawrence Gostin , director del Instituto O’Neill de Derecho Sanitario Nacional y Global de la Universidad de Georgetown y director del Centro Colaborador de la OMS para el Derecho Sanitario, la agencia de salud global con sede en Ginebra tiene

un presupuesto anual inferior al de un único gran hospital universitario de Estados Unidos y una cuarta parte del presupuesto de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta. La OMS recibe parte de su financiación de los estados miembros que pagan una contribución obligatoria, calculada sobre el PIB de cada país y acordada cada dos años en la Asamblea Mundial de la Salud. Estas contribuciones cubren menos del 20% del presupuesto total de la OMS. Por ello, la OMS depende cada vez más de contribuciones voluntarias, cuya proporción ha aumentado de alrededor de una cuarta parte del presupuesto total en los años 1970 al 80% actual.

Esto significa que más del 80% de la financiación de la OMS se basa en “contribuciones voluntarias”, es decir, donaciones gratuitas ya sean Estados Miembros, ONG, organizaciones filantrópicas u otras entidades privadas.

Estas contribuciones voluntarias suelen estar destinadas a proyectos o enfermedades específicas, lo que significa que la OMS no puede decidir libremente cómo utilizarlas. Por tanto, la OMS sólo tiene control total sobre aproximadamente una cuarta parte de su presupuesto. Por lo tanto, tenemos que preguntarnos qué grado de autonomía e independencia tiene la organización a la hora de establecer la agenda sanitaria mundial y formular la clasificación de prioridades que, sin embargo, está fuertemente influida por los donantes más ricos, ya sean Estados miembros o fundaciones privadas.

La Fundación Bill y Melinda Gates, junto con otros filántropos privados, se ha convertido en el segundo mayor donante de la OMS, lo que hace que la organización no sólo sea dependiente en sus decisiones estratégicas sino, sobre todo, en su capacidad misma para sobrevivir. Y entre estos donantes filantrópicos, Bill y Melinda Gates constituye sin duda el mayor contribuyente, ya que representa el 88% del monto total donado por fundaciones filantrópicas privadas, seguido por la Fundación Bloomberg, Wellcome Trust y la Fundación Rockefeller. Giulia Carbonaro, brillante reportera de Newsweek afincada en Londres, en su bien documentado artículo publicado en Euronews (2) no sólo aporta estos datos tan importantes sino que muestra cómo Estados Unidos en 2018-2019 fue el primer donante con 893 millones de dólares y el Bill y Melinda Gates ocupan el segundo lugar con 531 millones de dólares. En esencia, esto significa que Estados Unidos tiene un control decisivo sobre las finanzas de la OMS.

Como se mencionó anteriormente, estas contribuciones voluntarias están destinadas a programas específicos identificados por el donante y, a menudo, deben usarse en países específicos, aún indicados por el donante. Como si dijera que son los donantes quienes deciden en qué gastar y dónde gastarlo: la erradicación de la polio, por ejemplo, es desde hace tiempo el programa mejor financiado de la OMS, sobre todo porque gran parte de las contribuciones de La Fundación Gates se ha dirigido a esta enfermedad. Pero centrarse en enfermedades específicas deja a la OMS prácticamente pidiendo financiación para otras enfermedades que no son de interés para los donantes y para proyectos de salud pública como, por ejemplo, la cobertura sanitaria universal o la atención primaria. En otras palabras, los donantes siguen una lógica vertical al financiar intervenciones sobre enfermedades individuales e ignoran la lógica de salud pública que se centra horizontalmente en aspectos sistémicos.

Por lo tanto, la Fundación Gates es hoy un tomador de decisiones clave en materia de salud global y, a pesar de las loables intenciones de los dos filántropos, uno se pregunta si la «gobernanza» de la salud global debería entregarse a una entidad privada que, por razones no necesariamente maliciosas, tiene el poder de decidir qué emergencias sanitarias o enfermedades merecen una mayor inversión. El resultado es que tenemos los sectores de las enfermedades no transmisibles (tumores, enfermedades cardiovasculares y respiratorias, diabetes y enfermedades mentales) claramente insuficientemente financiados y, en consecuencia, campañas muy importantes como las que tratan del uso nocivo del alcohol o de la influencia de la industria alimentaria con una dieta poco saludable que siguen siendo las Cenicientas de la salud pública mundial . Sin embargo, la cuestión no es tanto poner fin a las fundaciones filantrópicas y su influencia indebida en las decisiones de la OMS, sino más bien la inacción de los gobiernos para garantizar una financiación adecuada a la organización. Según Lawrence Gostin, los problemas de financiación de la OMS podrían resolverse simplemente aumentando las cuotas obligatorias.

En un contexto cada vez más globalizado, la salud se convierte también en un factor de la política global, basta pensar en la respuesta fragmentada a la pandemia de Covid 19 y en la cuestión aún no resuelta del coste de las vacunas y de sus patentes . Por lo tanto, es necesaria una gobernanza global que permita a la OMS, con total autonomía y según la lógica dictada por la salud pública y la epidemiología, tomar decisiones globales, tomar decisiones de inversión y dar voz a los países más pobres y a las condiciones patológicas más huérfanas. En este sentido, el debate durante la asamblea general de la OMS en mayo de 2024 para la aprobación del «tratado contra la pandemia» es un indicador significativo de las tensiones en torno a la gobernanza global de la salud pública en contraposición a la soberanía nacional miope. Ciertamente hay una progresiva contaminación del discurso y la acción de la Salud Global debido a la creciente influencia de lógicas económicas e intereses comerciales (3).

Esta situación exige un debate serio sobre cuestiones que no sólo son éticas sino también políticas y técnicas , cuestiones que requieren opciones de campo claras y una intensa actividad de diplomacia sanitaria. De hecho, se trata de construir ese diálogo entre la «agenda económica» (a menudo inevitable) y la «agenda de salud pública».

Durante los próximos diez años, los gobiernos y las instituciones internacionales públicas y privadas tendrán que abordar cuestiones que se han vuelto inevitables (4):

  1. ¿Qué equilibrio existe entre las intervenciones en el campo de la salud a través de organismos multilaterales (las agencias de las Naciones Unidas) y organismos bilaterales (las agencias de cooperación internacional de los gobiernos individuales)? 
  2. ¿Qué equilibrio hay entre las intervenciones promovidas por la filantropía privada (Fundación Bill y Melinda Gates, Bloomberg y muchas otras) y las intervenciones financiadas por los gobiernos, es decir, de carácter público? La identificación de las prioridades de salud global no puede dejarse en manos de un pequeño grupo de filántropos muy ricos que pagan a sus técnicos y asesores estratégicos.
  3. ¿Es real la noción de Global? Las estrategias de salud global suelen ser concebidas, organizadas y programadas por expertos y centros de investigación exclusivamente occidentales. El argumento utilizado a menudo para justificar esta situación es que la calidad técnica es superior en los entornos de investigación occidentales, pero este argumento no incluye el riesgo de ignorar las necesidades y realidades sociales y culturales de los países de ingresos medios y bajos que nunca son representados en comités de expertos y decisiones estratégicas. Es necesario encontrar un equilibrio entre demasiado “global” y demasiado “local” en las estrategias e intervenciones de salud globales .

Los crecientes vientos de soberanismo y nacionalismo debilitan la idea de una comunidad global independiente y solidaria y, en cambio, fortalecen el aislacionismo y el egoísmo sanitario. El resultado es, como siempre, el empobrecimiento sanitario de los más pobres y el enriquecimiento de los más ricos: la democracia es también salud para todos.

Bibliografía

  1. Lee K. La Organización Mundial de la Salud . Abingdón, 2008
  2. Carbonaro G. ¿Cómo se financia la Organización Mundial de la Salud y por qué depende tanto de Bill Gates? 03/02/2023.
  3. Saraceno B. (2021). La derrota de las estrategias globales. Salud Internacional . 14 de julio.
  4. Tribunal Popular Permanente. (editado por Fraudatario S, Tognoni G). Derechos de las personas y desigualdades globales . 40 años del Tribunal Permanente de los Pueblos. Altreconomia Editore. Milán, 2020